Un hombre se acercó a una comisaría de Esquel con su beba de cuatro meses que no paraba de llorar. Contó que su madre no quiso recibirla y no sabía a dónde acudir ya que la menor no dejaba de llorar. La oficial,mamá de un bebé de once meses, no lo dudó y la amamantó durante dos horas.
El hecho ocurrió en Esquel cuando un hombre se acercó a una comisaría de Esquel cerca de las once de la noche con una bebé de cuatro meses en brazos que no dejaba de llorar.
Una de las oficiales, Mónica Quijón, que se encontraba en el lugar reconoció que el llanto se debía a que la beba tenía hambre y pidió autorización del papá para amamatarla.
La bebé se prendió y se estuvo alimentando durante dos horas hasta quedar completamente dormida. El papá contó que la nena no se había alimentado desde hacía seis horas ya que la mamá no quería recibirla.
"Al escuchar que la niña lloraba cada vez más, y su padre no encontraba forma de calmarla y entendiendo que la beba obviamente tenía hambre, como soy madre de un bebe de 11 meses es que entiendo la situación, la cual me conmueve y estremece, y al ser mi bebé lactante es que me ofrezco rápidamente a darle el pecho a la bebé", contó la oficial.