En el área de Adulto Mayor, del Ministerio de Desarrollo Social, genera preocupación el número de denuncias sobre situaciones de maltrato y abandono de personas de la tercera edad, por lo que impulsan capacitaciones y se están articulando actividades con la Defensoría del Pueblo.
"Si bien no se trata de un porcentaje alto de acusaciones, no nos podemos dejar de ocupar de los casos que recibimos", sostuvo la coordinadora de Adultos Mayores, Nelly Pintos.
Explicó que en general, socialmente los abuelos son olvidados, aunque lo más alarmante es cuando el desplante ocurre dentro de su propia familia.
En este sentido relató que cuentan con exposiciones en las que los adultos mayores son víctimas de maltratos, violencia física y verbal; abandono familiar. A esto se debe agregar aquellos referidos al abuso patrimonial: que es la utilización de la pensión o jubilación del anciano o una parte de ella, en beneficio propio, así como también la apropiación de bienes, propiedades o el patrimonio en general, mediante fraude, engaño o amenazas.
O bien sobre negligencia, que consiste en no entregar los cuidados o supervisión necesarios de alimentación, vestuario, higiene y cuidados médicos apropiados que un adulto mayor requiere.
De esta manera, la funcionaria sostuvo que desde el área se están realizando una serie de capacitaciones de agentes que tienen a su cargo adultos mayores.
Además se reunieron con integrantes de la Defensoría del Pueblo a fin de realizar acciones que garanticen la calidad de vida de las personas de la tercera edad.
JUSTICIA
Esta semana, el Superior Tribunal de Justicia sacó el fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Curuzú Cuatiá y sentará precedente en futuras causas de denuncias en que se daña la integridad de una persona mayor.
Se trata del caso en que una madre había donado sus bienes a los hijos, de modo voluntario, con el fin de beneficiarlos, entre ellos a la donataria, sin recibir nada a cambio. Sin embargo, una de ellas obligó a su madre a mendigar alimentos, en franca contradicción con la actitud que el sentido común esperaba de ella como beneficiaria.
"Le debía mayor respeto por ser la actora, no sólo su donante, sino también su madre y una persona de edad avanzada a la que por imperio de las normas convencionales se la ha de considerar vulnerable", se indicó en el expediente.
La Justicia revocó la donación o bien se puede decir que devolvió la casa a la anciana, teniendo en cuenta que la beneficiaria no prestaba alimentos a la mujer mayor de edad, o lo hacía sin regularidad.
El Libertador