El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik durante la homilía que pronunció para conmemorar a San Juan Bautista rescató el valor de sostener la correntinidad
Dijo en tal sentido que era normal que un correntino no quisiera convertirse en un entrerriano o a un chaqueño sino que "crezca preservando su identidad".
"Está bien el progreso, porque todo cambia, pero no a costa de la desnaturalización de los orígenes", advirtió.
Por eso pidió "cuidar y cultivar" los valores de la correntinidad "que están indisolublemente unidos a los valores cristianos".
Consideró que manifestaciones de ese carácter pueden encontrarse en los modos en que los correntinos expresan su fe en Dios, su cultura y su arte.
Saludó por eso la práctica de ritos ancestrales "como la quema de muñecos que representan la muerte; las luminarias que hacen retroceder a las tinieblas o el Tatá Yehasá, que desafía el peligro de caminar sobre las brasas y lo festeja con gran satisfacción aquel que sale airoso".
Como se conoce es característico en la festividad de San Juan la quemazón de diversos elementos y el paso descalzo sobre un sendero con brazas entre otras tradiciones.
"La fe nos hace ver, a través de esos signos, la victoria de Jesús sobre la muerte", interpretó el arzobispo ligando esa celebración pagana a los símbolos católicos.
"En la fiesta de San Juan todo nos remite a Jesús. Todo esto hace a nuestra identidad cristiana, debemos cuidarla y hacerla progresar, sin poner en riesgo los valores fundamentales que la conforman", pidió también.
Tras recordar el contexto de la fundación de la ciudad de Corrientes explicó que se hace memoria no solamente como una gestualidad de sapienza sino "descubriendo que este pueblo fue creciendo en torno a la Cruz plantada en los inicios de la fundación; que este pueblo fue puesto bajo la protección de la Madre de Jesús, invocada como Nuestra Señora del Rosario y bajo el patronazgo de San Juan Bautista".
Expresó asimismo que San Juan "es identidad y actitud" y "nos lleva a Jesús, para que aprendamos de Él que solo la misericordia puede salvar al mundo, a la familia y a cada ser humano que nace en esta tierra".
