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Crismanich y Pareto, por ahora los últimos del grupo selecto y dorado

En la historia del deporte argentino, los medallistas olímpicos tienen un lugar destacado. Pero desde 1924, sólo doce deportistas subieron a lo más alto del podio en forma individual. El taekwondista en 2012 y la judoca en 2016, los últimos en sumarse a esta lista.

El sueño de todo deportista, incluso en el proceso en convertirse de alto rendimiento, es alcanzar una medalla olímpica. No importa muchas veces si se logra en forma individual o en deportes en equipo, pero si se llega al oro es alcanzar la gloria.

A lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, Argentina consiguió 75 medallas en 19 disciplinas, cifra que logró aumentarse en Tokio 2020, porque la presea de bronce alcanzada por Los Pumas 7s fue la primera del rugby argentino en su historia.

Y el número global se compone de 21 oros, 25 platas y 28 bronces desde París 1924 hasta la cita japonesa. Lejos de la máxima cosecha que alcanzó el país en un mismo juego, de siete preseas en tres oportunidades: Ámsterdam 1928, Berlín 1936 y Londres 1948.

Desde aquellos años comenzó a juntarse el oro y de esas 21 medallas, un poco más de la mitad (12 hasta ahora), lograron deportistas en forma individual. Los dos últimos ganadores del oro, el máximo sueño de un deportista en el mundo, lo alcanzaron el taekwondista correntino Sebastián Crismanich (en categoría 80 kilogramos) en Londres 2012 y la judoca Paula Pareto (48 kilogramos) en Río 2016.

Todavía resta disputarse la mitad de la agenda en Tokio 2020 y a pesar que se acortan las chances, son varios los deportistas argentinos que sueñan con dar el golpe máximo. Ya no quedan favoritos, pero el sueño nunca se corta.

Crismanich llegó a Londres con el antecedente de haber ganado la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y el mismo año, en el preolímpico de Querétaro, alcanzó la clasificación para la cita británica. Con 25 años, el correntino se impuso en la pelea final y con lo justo al español Nicolás García Hemme. Fue la única medalla de oro de Argentina en los Juegos de Londres y cortaba una racha de 64 años, justamente en la misma ciudad donde se habían logrado las anteriores medallas doradas en categoría individual.

Y Pareto es la última que se sumó a esta lista hasta el momento, alcanzando el oro individual en Río 2016, los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica. Se dividía entre el tatami con su trabajo como médico y llegó a Tokio combatiendo la pandemia contra la COVID-19 desde primera línea de batalla. A lo largo de toda su carrera, que comenzó a sus nueve años, Pareto cosechó de 21 medallas de oro, 12 platas y 17 bronces.

En los Juegos de 1928 se coronaron tres medallas doradas: Víctor Avendaño (categoría 79 kilogramos) y Arturo Rodríguez Jurado (pesados), ambos en Boxeo y Alberto Zorrilla (400 metros libres).

Historias muy distintas a las actuales, a tal punto que Avendaño casi no viaja a Holanda. Estaba haciendo el servicio militar y sus superiores le habían negado el permiso. Pero a pocos días de iniciarse la competencia del boxeo, el presidente argentino Agustín Pedro Justo firmó un decreto y el boxeador pudo viajar. El 11 de agosto venció al alemán Ernst Pistulla y logró el oro.

Cuatro años más tarde sucedió algo similar. Otros dos boxeadores se convirtieron en campeones olímpicos: Carmelo Robledo (categoría 57 kilogramos) y Alberto Lovell (categoría pesados); ahora acompañados en esta lista dorada de Los Angeles 1932, por el maratonista Juan Carlos Zabala.

El 7 de agosto de ese año, Zabala ganó la prueba de la maratón de punta a punta. “El Ñandú Criollo”, como conocían al argentino, que sólo corrió cinco maratones en su vida y pudo completar tan sólo dos. Una de ellas en los Juegos Olímpicos.

En Berlín 1936, el único que logró una medalla dorada en forma individual (la otra la obtuvo el seleccionado de Polo) fue el boxeador Oscar Casanovas (categoría 57 kilogramos). Y recién en Londres 1948 el deporte argentino pudo volver a ganar tres preseas de oro por tres deportistas individuales: Rafael Iglesias (categoría pesados) y Pascual Pérez (categoría 51 kilogramos), mientras que Delfo Cabrera (maratón) volvía a sumar crédito al atletismo nacional. El boxeo, con 24 preseas (32,43%), es la disciplina que más medallas aportó al deporte nacional (la última fue en Atlanta 1996, el bronce de Pablo Chacón).

Luego llegarían los años más importantes de vela hasta que “Seba” Crismanich y la “Peque” Pareto pusieron a sus disciplinas en lo más alto de las consideraciones. A la esperar del deportista individual de oro N´13. Un grupo selecto ante tantos años de historia.

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