El conjunto italiano superó por 1-0 al de Jürgen Klopp, que pasó de ronda gracias al 2-0 de la ida, en Anfield. Alexis Sánchez se fue expulsado tras el tanto del argentino, reemplazado por Joaquín Correa.
Con un golazo de Lautaro Martínez, quien luego fue reemplazado por Joaquín Correa, Inter superó por 1-0 a Liverpool en Anfield, pero no le alcanzó para avanzar a los cuartos de final de la Champions League tras el 0-2 de la ida. El conjunto italiano terminó jugando el segundo tiempo con uno menos por la expulsión de Alexis Sánchez tras el tanto del argentino.
El primer tiempo tuvo tan solo tres emociones para destacar, aunque mostró a Inter muy lejos del descuento en la serie. Primero, a los 30 minutos, con el cabezazo de Joel Matip al travesaño y en la siguiente jugada, producto de un despeje previo al córner, el de Virgil van Dijk que rozó en la cabeza de Milan Skriniar y se fue otra vez por la línea del fondo.
Si bien no hizo nada relevante en el ataque, la única ocasión que tuvo el equipo de Simone Inzaghi, que en Italia ni siquiera pateó al arco, fue a través de un venenoso tiro libre de Hakan Calhanoglu que Alisson alcanzó a rechazar después de que la pelota le picara justo antes del cuerpo, a los 41.
Mientras que la última, ya en tiempo cumplido, fue para la pegada virtuosa de Trent Alexander-Arnold y su tiro libre que pasó muy cerca del palo derecho de Samir Handanovic.
Liverpool pasó unos primeros 45 minutos demasiado tranquilos para lo que había en juego, para lo que un Inter que no pisa los cuartos de la Champions en una década necesita. Incluso rozó el 1-0 cuando Salah, en un balón muerto dentro del área, con Handanovic en el suelo y dos jugadores bajo los palos, se topó con la madera.
Y ahí dieron un paso al frente los italianos, con los movimientos de Alexis y la rabia de Lautaro. El argentino, cansado de intentar regatear sin éxito a Van Dijk, se sacó toda la frustración de encima en el minuto 60, cogió la pelota en la frontal y la reventó ante el central holandés. Directa a la escuadra. A tan solo unos metros de la afición italiana, que explotó durante un minuto y medio.
Noventa segundos que fue lo que tardó Alexis en ver la segunda amarilla e irse a la calle. Merecida, tanto por la entrada sobre Fabinho que le costó la segunda amarilla, como por la primera, en la que se llevó a Thiago por delante y que le pudo costar mucho antes la roja.
El chileno dinamitó a su equipo y provocó que esa última media hora, que hubiera sido un infierno en Anfield, se quedara en poco más que unas ascuas. Salah las pudo apagar, pero una volea suya, preciosa estéticamente, se marchó al palo.
El Liverpool, con menos superioridad en los dos partidos que la mostrada en la Premier, avanza a cuartos por cuarta vez en los últimos cinco años, con el peaje de haber perdido en Anfield por primera vez esta temporada; el Inter tendrá que seguir buscando ese último impulso que les permita pelear contra los más grandes. Esta vez, al menos estuvo cerca.