El paisaje, clima, amabilidad de los vecinos hacen que Corrientes sea uno de los destinos más elegidos por los viajeros y así lo describen familias que recorren el país en sus casas rodantes y quedan aparcados varios días seducidos por la naturaleza e idiosincrasia correntina.
Hace un tiempo, en la Costanera puede observarse motorhome de distintos colores, modelos, tamaños que llegan a conocer y permanecen entre dos días o meses. Incluso, entre todos los viajeros se armó como una comunidad en que se acompañan y comparten.
EL LIBERTADOR mantuvo contacto con dos familias que contaron sus experiencias de cómo es la vida en cuatro ruedas y sobre todo describieron lo que más les gusta de la ciudad.
Gustavo y Patricia son de Mar del Plata y hace poco más de un mes que llegaron a Corrientes acompañados de sus dos pequeñas felinas Nicole y Azul, su idea era quedarse una semana y fueron postergando su salida.
«Salimos hace dos meses, estuvimos un mes en Entre Ríos y ahora ya hace un poquito más de un mes que estamos acá en Corrientes. No tenemos ganas de ir», relató Gustavo.
Explicaron que su casa rodante está totalmente equipada con todo lo necesario: «Tenemos todo: cocina, heladera, baño.
«Estamos como anclados, acá es hermoso. Hace muchos años habíamos pasado y no nos gustó. Y ahora habíamos pasado de lado. No habíamos descubierto ni la Costanera, era un lío de tránsito. Esta vez nos atrapó», confesó.
En sus días como turistas contaron que caminan 20 kilómetros diarios, probaron chipá en todas sus formas y su proyecto es conocer los Esteros del Iberá.
AVENTURA
En la zona de la Costanera Norte, también se encuentra Candela, una joven goyana que llegó a la ciudad a partir de la elección de un cambio de vida. Ella instala su puesto de sahumerios y conversa con la gente.
«Arranqué mi viaje hace exactamente una semana. Ya habíamos salido varias veces antes, pero bueno, esta vez es sin retorno», confesó.
En compañía de su hijo empezó la aventura: «Mi idea es ir de acá a Posadas, luego seguir por Entre Ríos y pasar a Santa Fe».
Señaló que su nueva vida comenzó cuatro años atrás». Yo había hecho un viaje de mochilera y me encantó. Y conocí gente que vivía viajando y tenía, como siempre le digo a todos los viajeros, el viaje te da otra perspectiva de la vida. A disfrutar de cosas tan sencillas como, por ejemplo, el viento dándote en la cara o el sol que te está quemando. En la vorágine del día vamos corriendo, vamos tan apurados, siempre acelerados, por las cosas, sobre todo materiales que necesitamos», se sinceró.
Continuó: «Dejé una profesión, luego vendí todas las cosas que tenía en la casa y luego alquilé y estuve catorce meses viviendo arriba del motorhome, que me animaba, no me animaba, salía, no salía. Pero bueno, ahora arrancamos».
Acerca de su experiencia finalizó diciendo: «Me encanta, soy feliz, esto es lo mío. Digo, nací para esto, no vuelvo más a mi casa. Los miedos siempre están, pueden suceder cosas. Pero bueno, la vida también es un poco eso, arriesgar. Y bueno, me arriesgo a vivir. Que pase lo que tenga que pasar y bueno, voy a estar acá para ponerle el pecho a las manos para lo que sea».
