Por Luciana Arias
La sequía generó las condiciones para que se dieran los inendios, iniciados por la incidencia humana. Sin embargo las lluvias cambiaron el paisaje ¿Qué pasó con los pastizales y las especies protegidas?
"Hoy en la zona de los esteros del Iberá de Corrientes está todo verde. Es como una nueva primavera", dice Sofía Heinonen, directora de la Fundación Rewilding Argentina. (Foto: Parque Nacional Iberá, Administración de Parques Nacionales)
Animales y vegetación volvieron a dejarse ver en los esteros de Corrientes luego de los incendios forestales. Sin embargo en las zonas de bosques el rebrote lleva mucho más tiempo.
"En 3 a 4 semanas con la lluvia que cayó en Corrientes sumada al calor empezamos a ver los animales en cada espacio donde se junta agua", dicen desde Rewilding Argentina. (Foto: Parque Nacional Iberá, Administración de Parques Nacionales)
Las llamas lo devoraban todo. Árboles, animales, alambrados, viviendas. Durante dos meses Corrientes ardió en medio de los incendios forestales. Más de un millón de hectáreas sucumbió ante el fuego que quemó el 14% de la superficie provincial. Sin embargo las lluvias de la últimas tres semanas cambiaron el paisaje de parte de esas tierras.
"Hoy en la zona de los esteros del Iberá de Corrientes está todo verde. Donde se acumula algo de agua se ve toda la riqueza original del ecosistema. Es como una nueva primavera", dice a A24.com Sofía Heinonen, directora de la Fundación Rewilding Argentina.
Pasturas con verde brillante, carpinchos, venados de las pampas o ciervos de los pantanos se dejan ver mientras se alimentan. "Salió todo en forma explosiva después de los peores incendios. Tras el rebrote los animales salieron con todo a comer. Buscan engordar antes de que llegue el invierno", explica Heinonen.
Se trata de una reacción de la naturaleza ante el desastre que provocó el fuego. “Es una estrategia de supervivencia. Funciona como una cicatrización”, dice Heinonen. Las condiciones están dadas: a las lluvias, que ayudaron a terminar con los focos, se suman temperaturas que aún alcanzan los 30 grados.
¿Qué pasó tras los incendios en Corrientes?
Los incendios en Corrientes son el resultado de una escasez de agua que lleva casi dos años. La generaron un fenómeno natural, como la corriente de La Niña que se repite e intensifica con el cambio climático.
"En ese contexto la región empezó con déficits hídricos que se expresaron en la pérdida de humedad en el suelo, la disminución de aguas subterráneas y la bajante histórica del río Paraná", dice a desde Corrientes a A24.com Emilio Spataro, licenciado en Gestión Ambiental, y fundador de la organización socio-ambiental Guardianes del Iberá.
"Los incendios en Corrientes producen una gran pérdida de biodiversidad justo en los Esteros del una zona que venía siendo protegida por ser sumamente rica", dice Cristina Maiztegui, abogada y coordinadora de la Red de Mujeres en Diálogo Ambiental.
"Las consecuencias para el medio ambiente fueron devastadoras", agrega. Según la Fundación Rewilding Argentina, en su peor momento el fuego consumió un 40% del Parque Nacional Iberá.
"Generó una pérdida de hábitat para especies naturales muy preocupante, sobre todo para las especies en peligro de extinción que encuentran en Corrientes su último refugio". Entre ellas están las que habitan los pastizales, como el aguará-guazú o zorro grande, el venado de las pampas o el yetapá de collar, un ave que vive en los Esteros del Iberá -el segundo humedal más grande de la región- y el este de Paraguay, indica Spaltaro.
Cómo están los esteros del Iberá tras los incendios forestales
La reacción de la naturaleza al millón de hectáreas quemada sorprende a quienes visitan hoy los esteros del Iberá. "En 3 a 4 semanas con la lluvia que cayó más el calor empezamos a ver los animales en cada espacio donde se junta agua", dice Heinonen. Y aclara que desde Rewilding hacen el seguimiento de unos 200 ejemplares de animales protegidos.
Entre ellos, los osos hormigueros, venados de las pampas ciervos de los pantanos, guacamayos o moitúes, unas aves grandes reintroducidas en la zona. "Afortunadamente en mis recorridas a caballo vi que menos del 5% de los que monitoreamos se vio afectado. Algunos, como los pumas o los yaguaretés, lograron escapar y fueron hacia en interior del estero", detalla la integrante de Rewilding.
Sin embargo no sucede lo mismo con las zonas de bosques donde el rebrote lleva mucho más tiempo y aún se ven las copas de los árboles quemadas. "El árbol tiene otro proceso", explica Heinonen. Para eso planifican reintroducir especies nativas que ganan el altura y generan sombra en el monte. Pero esos ejemplares tardan años en crecer. A24
