El cadáver de Luiz Eduardo Silva dos Santos (29, brasileño) apareció florando en la costa de Paso de los Libres, en Corrientes. Estaba maniatado y con signos de haber sido estrangulado. Además, los asesinos le habían colocado ladrillos en los bolsillos para evitar que emergiera. Pero no lo consiguieron. El caso es un misterio que atraviesa las fronteras de Argentina y Brasil.
El joven, un camionero desocupado que vivía en la localidad fronteriza de Uruguayana (del lado de Brasil), estaba desaparecido desde el 13 de agosto cuando fue abordado por dos encapuchados en el barrio União das Vilas.
La Policía de Corrientes fue alertada sobre un cuerpo flotando en cercanías del Club Náutico. Apenas arribaron al lugar junto al fiscal Facundo Sotelo, establecieron que se trataba de Silva dos Santos.
El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición. Equipos tácticos de la Prefectura Naval Argentina trabajaron en el lugar para sacarlo del agua. En ese mismo escenario, el fiscal Sotelo sostuvo: “Estamos frente a un homicidio, descartamos por completo un suicidio”.
Sobre la mecánica del crimen, el funcionario detalló que “fue una muerte traumática con asfixia por ahorcamiento y hubo elementos para lograr un contrapeso en las aguas del río”. Claramente los asesinos buscaron impedir que el cuerpo flotara con el paso de los días. Aunque algo no salió como esperaban.
De acuerdo con la reconstrucción que pudo realizar hasta ahora la Comisaría 2ª de Uruguayana, el domingo el joven salió de su casa y poco después fue interceptado por dos personas encapuchadas que literalmente lo secuestraron.
Ese mismo día la familia de Luiz hizo la denuncia por su desaparición y se activó el protocolo para este tipo de casos. La Policía Civil de Brasil pidió la colaboración de sus pares correntinos ante un eventual cruce por un paso clandestino del río Uruguay.
Los familiares del camionero cruzaron hacia el lado argentino el domingo y realizaron el reconocimiento del cuerpo en la morgue del Hospital de Paso de los Libres.
A partir de entonces comenzaron los trámites burocráticos para la repatriación de los restos del joven asesinado. El delegado policial Wellington Pinheiro sostuvo que fue la familia de Silva dos Santos fue quien le notificó de la aparición en territorio argentino.
El fiscal Sotelo se declaró incompetente para seguir investigando el hecho y ahora será la Policía Civil de Uruguayana la que intente identificar a los secuestradores del joven y establecer el móvil del homicidio. Clarín.