En la celebración del Domingo de Ramos, el Obispo diocesano monseñor Adolfo Ramón Canecin, animó a los fieles a “ser protagonistas para que no sea una Semana Santa mas". Una gran concurrencia participo de la bendición que presidio el obispo en la cuasiparroquia San Pantaleón de Goya y se desarrollo luego una marcha hasta la comunidad de San Francisco donde se celebro la Eucaristía.
El obispo presidió este 10 de abril la misa del Domingo de Ramos, que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén. En su homilía, dejó un mensaje de ánimo a los fieles, invitándolos a pedir “la gracia de la humildad”.
“Esta cultura nuestra quiera acallar la fe y si ellos callan hablaran las piedras, nosotros no queremos callar, nosotros queremos aclamar, gritar, actualizar esta expresión: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” por eso, los ramos “son expresión de esta aclamación” dijo al iniciar su predicación.
“Hermanos, me llamo fuertemente la atención este año, en el Evangelio, dos veces se repite de parte de Jesús la expresión ´El lo necesita ‘y, se refiere al burrito que estaba atado” dijo. Recordando el ingreso de Jesús a Jerusalén, en un “humilde burrito”, mientras la gente esperaba con solemnidad para la Pascua
Monseñor Canecin planteo: “¿Porque Jesucristo, necesito de ese burrito?”
“El burrito anda despacio, el que quiere andar rápido en la vida va solo, el que quiere ir lejos camina con otros, por eso el tranco del burrito, que va despacio y este es el camino sinodal: ¿será por eso que el Señor eligio este animalito?” pregunto.
En ese sentido, el obispo señaló que también “El burro es un animal de carga, simboliza a Jesucristo que cargo la cruz y por eso monta este animalito”.
El Señor, explicó el obispo, se humilló: “Contemplemos las características que tiene, una de ellas es, la humildad, se presenta humilde, pequeño, pobre, sin embargo, el Señor lo eligió a él porque “el burrito es signo de mansedumbre”.
“El Señor supo valerse de este animalito para entrar montado en Jerusalén”, por eso “hoy el Señor quiere valerse de cada uno de nosotros”.
“Valerse de la mansedumbre, humildad y pobreza para entrar en tu casa, de tu pequeñez” señalo
“Qué lindo que en esta Semana Santa, en oración, mirando la Cruz, digamos Señor yo te ofrezco mi pequeñez, te ofrezco mi pobreza, te ofrezco mi humildad” subrayo monseñor Canecin.
Abrirse al don del Espíritu que nos da la gracia de la humildad, y rezar “Señor, vos necesitas de mi para entrar en mi ambiente laboral, en mi escuela, en mi vecindario o en mi familia, pero, si yo me muestro soberbio, orgulloso, engreído, arremetedor, resultara que el Señor así no me necesitas”.
“El Señor hoy nos necesita, a cada uno de nosotros, necesita de mi, de mi hermano y hermana, para que entre triunfalmente” expreso.
Animo a vivir la Semana Santa con los mismos “sentimientos de Jesús”.
“Vivamos esta Semana Santa con una actitud de profunda oración, ofreciendo nuestros corazones y pidiendo al Señor la gracia de tener las características de las cual vos necesitas. Que el Señor nos de la capacidad de caminar juntos, unos con otros”, renovando su mensaje a la Sinodalidad en las comunidades.
Ser “protagonistas” en esta Semana Santa, para que signifique “un verdadero paso de mi vida en la Pascua del Señor” animo monseñor Adolfo Canecin.
En la homilía pronunciada durante la misa, el obispo, animo a “vivir todo lo previsto y todo lo que se nos ofrece en esta Semana Santa” por eso alentó a ser “creativos para vivir desde el fondo de corazón, con todo el Espíritu y con todo el alma, vivir con toda pasión y con entusiasmo. Procuremos contagiar a los demás” alentó.
Reflexiono sobre la “iniciativa” de Dios que se transforma en un ejemplo, en la capacidad de “responder” a esa iniciativa y ser capaces “imitar”.
Recordó un pasaje de las Sagradas Escrituras “El Reino de Dios se acerco, conviértanse”.
“La conversión es respuesta y la iniciativa es que Dios se acerca” y el “hacer nosotros lo mismo es la imitación” y profundizo “la respuesta depende de la correspondencia a la iniciativa de Dios” y todo depende de la “hondura y profundidad de la experiencia”.-