El Obispo, Adolfo Canecin, compartió con la feligresía y los medios de comunicación, una carta del Papa Francisco, difundida el 11 de febrero de 2022. Tras los dos años de pandemia, el Santo Padre considera que “debemos mantener encendida la llama de la esperanza” y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud”.
En los dos últimos años no ha habido país que no haya sido afectado pandemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida.
Como cristianos, hemos pasado juntos con nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones… Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas.
“Los hombres y mujeres de ciencia, con gran rapidez, han encontrado un primer remedio” y expreso: “Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada”.
Todo esto, “será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante” y expone pensando: “Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas”.
El Papa Francisco, nos invita a “la conversión”, en la tierra en la que “el Señor nos ha puesto para que la cultivemos y la cuidemos, no descuidemos, la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común”.
Considera que “será importante ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada a la participación responsable, con la valorización de los carismas y ministerios que el Espíritu Santo no cesa de conceder para la edificación de la única Iglesia”.
La carta del Papa fue enviada al dicasterio encargado de la organización del Jubileo de 2025.-