Miles de vecinos y turistas de todo el país se congregaron en el anfiteatro Eustaquio Miño para disfrutar de las actuaciones de talentosos músicos del género. Como cada año, no faltaron los encuentros en los hogares, donde la gente se juntó a chamamecear y a comer.
El chamamé tradicional desplegó su arte y emocionó a todos en Mburucuyá, durante el fin de semana. Fueron tres días en los que se vivieron a pleno no solo la fiesta, sino también las clásicas peñas, como un espacio de encuentro y enchamigada. Anoche, el cierre del multitudinario evento tuvo en escena a artistas legendarios como Mario Bofill y Amandayé.
Alrededor de 7.000 almas disfrutaron de la primera jornada y en la segunda, unas 10.000.
Desde la comisión organizadora destacaron la cantidad de espectadores. "La respuesta de la gente fue muy buena, con mucha concurrencia de turistas de alrededores y de varios puntos del país. Tenía temor de que, por el tema económico, no pudieran asistir, pero realmente nos sorprendió", comentó el presidente Lito Giménez a República de Corrientes.
"Normalmente, la noche fuerte suele ser el sábado y el viernes y el domingo se mantienen la misma cantidad de espectadores", dijo y agregó: "Años anteriores, notábamos que a las 4 ya se iban, pero en esta edición se quedan hasta que termina el festival".
Chamamé tradicional
En su noche inaugural, la grilla no defraudó. Más de 20 conjuntos pasaron por el escenario y quien se llevó todos los aplausos fueron Los de Imaguaré, con clásicos como Compadre, qué tiene el vino; Canto a Mburucuyá y Avío del alma.
Asimismo, otros conjuntos menos conocidos también tuvieron oportunidad de lucirse, con buen recibimiento del público: "Juan Manuel Bilat era acordeonista de Alma de Montiel, es de Paraná –Entre Ríos– y tuvo un show bueno, no solo en su calidad como músico sino en cómo se entregó y transmitió. Tiene una forma muy particular de tocar y eso la gente lo vivió muy intensamente", comentó Giménez.
Por su parte, el legado chamamecero se hizo presente con la actuación de Herencia Miño, grupo conformado por los nietos de Eustaquio Miño (h). "Los chicos tienen alrededor de 13 y 14 años, formaron su conjunto y gustaron mucho al público", contó el organizador.
El Bocha Sheridan y Gustavo Miqueri fueron otros artistas que más brillaron arriba del escenario. Mientras que el gran cierre de anoche, contó con las actuaciones de Chingoli y Mario Bofill, Amandayé y Bruno Mendoza, entre otros.
Peña
El clima festivo no solo se vivió durante las noches de festival, sino también de día, en las casas de los vecinos de la ciudad con las tradicionales peñas. "Se arman guitarreadas y eso le da color a todo", sostuvo Giménez.
Además, luego de que terminaban los shows en el anfiteatro, muchos de los presentes continuaban con la fiesta en hogares particulares.
Homenaje
Algunos momentos importantes de esta edición se dieron cuando se le otorgó una estatuilla al hijo de Antonio Niz, para homenajearlo, ya que el 6 de diciembre se cumplieron 100 años de su natalicio. Además, "se pintó un mural en el acceso al anfiteatro, al lado de la boletería, para honrar su memoria", añadió Giménez.
Otra leyenda chamamecera que tuvo su reconocimiento fue Eustaquio "Papi" Miño (h), músico mburucuyano que falleció el año pasado. "Distintos grupos le rindieron homenaje y también estuvo la familia presente", sostuvo.
