Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Recibí las notificaciones

DESBLOQUEAR NOTIFICACIONES

Siga estos pasos para desbloquear

Internacionales

El futuro del mundo pasa por el puente entre jóvenes y ancianos

"Esta alianza entre generaciones abre al futuro", dijo Francisco durante la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro.

Francisco celebró este miércoles una nueva audiencia general en la Plaza de San Pedro ante varios miles de fieles a los que saludó desde el papamóvil durante un recorrido entre los varios sectores de la plaza. En su catequesis, el Papa explicó que existen “lugares comunes sobre vínculos de parentesco creados por el matrimonio, sobre todo entre suegra y nuera” y pidió superar “los prejuicios más comunes”.

En su séptima catequesis dedicada a la vejez, el pontífice reflexionó hoy sobre el vínculo bíblico entre la joven viuda Ruth y la anciana suegra Noemí, subrayando la fuerza que puede surgir de la alianza entre las nuevas generaciones.

La historia de este vínculo entre la joven viuda Ruth y la anciana suegra Noemí es "una preciosa enseñanza sobre la alianza de las generaciones", con la juventud "capaz de devolver el entusiasmo a la edad madura", y la vejez "para reabrir el futuro de la juventud herida".

El relato bíblico relata que la anciana Noemí, tras la muerte de sus hijos, se siente incapaz de aportar algo a las jóvenes nueras que han quedado viudas y, de forma generosa y altruista, las invita a volver a sus hogares para rehacer sus vidas con los suyos. Pero Ruth se niega a abandonarla. De ese modo, el inicial pesimismo de esta suegra es vencido por la fidelidad de Ruth, hasta el punto de que Noemí toma la iniciativa y la anima a encontrar marido en Israel.

De hecho, Ruth respondió a su suegra que no insistiera, puesto que no iba a abandonarla y pronunció las conocidas palabras “porque donde tú vayas, yo iré, y donde te quedes, me quedaré; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Y donde tú mueras, moriré yo, y allí seré enterrada”. De ahí que Francisco afirmó que “en esta historia vemos muchos elementos de conflicto que se van pacificando: el hecho de ser mujeres y estar solas, además de su condición de extranjeras las hace vulnerables, pero el amor y el valor que se dan recíprocamente supera las dificultades. Y es así que Noemí, cuando nace el hijo de Ruth y Booz, puede ver el futuro con esperanza”.

Gramática familiar del amor

El Santo Padre afirmó que la parábola de Ruth ilumina la belleza de los vínculos familiares que se generan por la relación de pareja, pero que van más allá de ese vínculo y que establece “vínculos de amor capaces de ser igualmente fuertes, en los cuales se irradia la perfección de ese poliedro de los afectos fundamentales que forman la gramática familiar del amor”.

“Esta gramática lleva savia vital y sabiduría generativa en el conjunto de las relaciones que edifican la comunidad”.

Francisco añadió que, respecto al Cantar de los Cantares, el libro de Ruth “es como la otra cara del díptico del amor nupcial. Igualmente importante, igualmente esencial, celebra el poder y la poesía que deben habitar los vínculos de generación, parentesco, entrega, fidelidad que envuelven a toda la constelación familiar. Y que se vuelven incluso capaces, en las coyunturas dramáticas de la vida de pareja, de llevar una fuerza de amor inimaginable, capaz de relanzar la esperanza y el futuro”.

“Sabemos que los lugares comunes sobre vínculos de parentela creados por el matrimonio, sobre todo entre suegra y nuera, hablan contra esta perspectiva. Pero, precisamente por esto, la palabra de Dios se vuelve valiosa”.

El Santo Padre dijo asimismo que “la inspiración de la fe sabe abrir un horizonte de testimonio contra los prejuicios más comunes, un horizonte valioso para toda la comunidad humana”. Y añadió textualmente: “¡Los invito a redescubrir el libro de Rut! Especialmente en la meditación sobre el amor y en la catequesis sobre la familia”

Tras explicar que Noemí aparece más resignada que feliz por la oferta de su nuera el Pontífice recordó que “en ciertos casos, la tendencia de los ancianos al pesimismo necesita ser contrarrestado por la presión afectuosa de los jóvenes”. Además, el Papa dijo que “Noemí, que estaba llena de amargura, después revive, y en su vejez conocerá la alegría de tener una parte en la generación de un nuevo nacimiento. ¡Miren cuántos ‘milagros’ acompañan la conversión de esta anciana mujer! Ella se convierte al compromiso de hacerse disponible, con amor, por el futuro de una generación herida por la pérdida y con el riesgo de abandono”.

“Y todo ello porque la joven Ruth se ha empeñado en ser fiel a un vínculo expuesto al prejuicio étnico y religioso”. El Pontífice añadió algunas consideraciones acerca del papel de la suegra en nuestros días: “Si los jóvenes se abren a la gratitud por lo recibido y los ancianos toman la iniciativa de relanzar su futuro, ¡nada podrá detener el florecimiento de las bendiciones de Dios entre los pueblos!”+

“Que callen las armas”

En su saludo a los fieles de lengua portuguesa el papa Francisco les pidió que perseveren en la oración incesante por la paz, “para que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad”.

Lo mismo pidió a los peregrinos de los países francófonos, especialmente a los seminaristas de Rennes y Toulouse, a los jóvenes de Francia y Suiza, sobre todo a la pastoral juvenil de la diócesis de Lyon, y a los confirmandos de Friburgo.

“En este momento difícil en el que la humanidad tiene sed de paz y fraternidad, es urgente que la alianza entre mayores y jóvenes sea fecunda y lleve a cada uno, en su estado de vida, a ser testigo y mediador de las bendiciones de Dios entre los pueblos”.

Al saludar cordialmente a los fieles polacos, el Papa recordó: “Hoy, en el octavo aniversario de la canonización de san Juan Pablo II, pidamos por su intercesión ser testigos fieles de Cristo y de su amor misericordioso en el mundo, en la familia y en el trabajo. Los bendigo a todos con todo mi corazón”.

Como siempre, el pensamiento del obispo de Roma se dirigió a los ancianos, a los enfermos, a los jóvenes y a los recién casados. En este tiempo de Pascua, les dijo, “que la gloria del Señor sea una fuente de nuevas energías para cada uno de nosotros en nuestro camino hacia la salvación:

“Que los ayude, jóvenes, a seguir fielmente el Evangelio; que los sostenga, ancianos y enfermos, para seguir adelante con confianza y esperanza; y que los guíe, recién casados, para fundar familias sólidas en el signo de la verdad evangélica”.

Y tras el canto del Padrenuestro en latín, el Papa pidió disculpas por saldar sentado a causa de su dolor de rodillas que tarda en curarse.+

Dejá tu opinión sobre este tema
SANTO PADRE VATICANO IGLESIA CATÓLICA

Noticias destacadas

Más noticias

Te puede interesar

Newsletter

Suscribase a recibir información destacada por correo electrónico

Le enviamos un correo a:
para confirmar su suscripción

Teclas de acceso