El ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, confirmó este viernes que no se llevarán a cabo elecciones para la Asamblea regional antes de fin de año, después de que los líderes republicanos y unionistas no lograran superar sus discrepancias vinculadas a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
La semana pasada venció el plazo para formar un gobierno de poder compartido después de las elecciones de mayo pasado donde el nacionalista Sinn Féin, brazo político de la disuelta guerrilla del Ejército Republicano Irlandés (IRA) ganó como la formación más votada, pero el Partido Democrático Unido (DUP) centró sus esfuerzos en bloquear la restauración del poder compartido en Irlanda del Norte.
“A la medianoche del 28 de octubre, tuve el deber de convocar una elección de Asamblea. Desde entonces, mi compromiso con los partidos políticos ha continuado. He tenido valiosas conversaciones con personas de toda Irlanda del Norte, incluidos representantes empresariales y comunitarios. He escuchado sus preocupaciones sinceras sobre el impacto y el costo de una elección en este momento", subrayó el ministro en un comunicado.
“Ahora puedo confirmar que no se llevará a cabo ninguna elección de Asamblea en diciembre, o antes de la temporada festiva. La legislación actual requiere que fije una fecha para la celebración de elecciones dentro de las 12 semanas posteriores al 28 de octubre y la próxima semana haré una declaración en el Parlamento para exponer mis próximos pasos", prosiguió.
Agregó que su objetivo es la restauración de un gobierno descentralizado fuerte, como se lo merece el pueblo de Irlanda del Norte.
"Mi deber es crear el entorno adecuado para que las partes en Irlanda del Norte trabajen juntas para restaurar las instituciones descentralizadas y cumplir con los problemas cruciales que afectan a la gente de Irlanda del Norte", subrayó.
“No tomo este deber a la ligera, ni paso por alto las preocupaciones muy reales que tienen las personas sobre su costo de vida”, concluyó.
Después de la elección de mayo pasado, el DUP y el Sinn Féin exhibieron profundas diferencias en los últimos cinco meses, especialmente en lo referente a las políticas del Brexit, el proceso de salida del Reino Unido de la UE.
La provincia británica del norte de la isla de Irlanda, cuyo Gobierno deben compartir ambos sectores rivales, está sumida en la crisis política desde que el partido republicano Sinn Fein ganó por primera vez las elecciones regionales.
El protocolo por divorcio
Acordado por el Reino Unido y la UE con motivo del divorcio, establece controles aduaneros -es decir, aranceles- para productos que ingresan en Irlanda del Norte desde cualquier otro punto del Reino Unido.
La medida fue diseñada para superar el escollo que representaba para el Brexit la necesidad de mantener abierta la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que sí es parte de la UE.
Un conflicto armado de tres décadas entre republicanos y unionistas norirlandeses remitió con la firma en 1998 de un acuerdo de paz llamado Viernes Santo que estipula que la región es parte del Reino Unido, pero que la frontera entre ambas Irlandas debe estar abierta.
Para no contravenir a este último punto, Londres acordó con la UE, en vez de gravar su comercio a través de la frontera en Irlanda, imponer aranceles a los productos que llegan a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña y el resto de las islas del Reino Unido.
La medida conformó a los republicanos, pero los unionistas se oponen porque dicen que los discrimina y amenaza su lugar dentro del Reino Unido.
Tras las elecciones de mayo y el triunfo del Sinn Féin, el DUP mantuvo su bloqueo sobre la operación de un Ejecutivo en pleno funcionamiento y se negó a nominar a un viceprimer ministro, lo que hizo imposible la formación de un nuevo ejecutivo ministerial.