China ha disparado en la mañana de este miércoles un misil balístico intercontinental –ICBM, por sus siglas en inglés– hacia aguas del océano Pacífico, como parte de un ejercicio militar. Se trata de la primera eyección exterior, y por tanto abiertamente reconocida, de un proyectil de estas características en cuarenta y cuatro años. Un movimiento contextualizado por el rápido incremento de su arsenal nuclear y la correspondiente inquietud generada en la comunidad internacional.El lanzamiento del obús ha tenido lugar poco antes de las nueve de la mañana –hora local–, y ha ido a parar a «la zona marítima esperada», según ha anunciado el ministerio de Defensa chino por medio de un comunicado oficial. El disparo «forma parte de un arreglo rutinario en el plan de entrenamiento anual» para « comprobar de manera efectiva el desempeño de las armas , el equipamiento y el nivel de las tropas», el cual «ha logrado el propósito previsto». «China notificó a los países relevantes de antemano», proseguía el texto.Los ICBM se caracterizan por su largo alcance, por lo general superior a 5.500 kilómetros, y su concepción responde a la necesidad de dotar de soporte a las ojivas nucleares. El modelo más avanzado del mundo, en poder de las fuerzas armadas chinas, es el Dongfeng –Viento Oriental– o DF-41, operativo desde 2017, capaz de golpear objetivos a una distancia de entre 12.000 y 15.000 kilómetros, radio que cubre todo el territorio continental de Estados Unidos. El de este miércoles representa el primer test atmosférico de un ICBM chino desde 1980. En aquella ocasión, un DF-5 recorrió más de 9.000 kilómetros. Desde entonces, las pruebas con armamento nuclear se han producido en instalaciones soterradas. Intimidación nuclearEl lanzamiento ha sido supervisado por la Fuerza de Misiles, cuya principal responsabilidad consiste en custodiar el armamento nuclear y convencional del Ejército Popular de Liberación –EPL–. Esta unidad recibe órdenes directas de la Comisión Militar Central, cuya presidencia supone uno de los tres cargos –junto a la secretaría general del Partido Comunista y la presidencia de la República Popular– que cimentan el mando absoluto de Xi Jinping. Noticias Relacionadas estandar No Moscú lo justifica Bombarderos y portamisiles rusos sobrevuelan Alaska ABC estandar No Posible explosión del Satán II en una prueba «Fallo catastrófico» del llamado a ser joya del arsenal balístico y nuclear rusoDesde su llegada al poder en 2012, el líder chino ha enfatizado la necesidad de fortalecer las fuerzas armadas , prioridad plasmada en una partida presupuestaria que no ha dejado de crecer. En su informe de apertura del XX Congreso en 2022, Xi ordenó al EPL «modernizarse rápidamente» para «ganar guerras regionales». Este imperativo atañe, por encima de todo, a su armamento nuclear. China ha incrementado de manera sustancial su arsenal en los últimos años, según advertía el último informe anual del departamento de Defensa de EE.UU. El régimen poseería en la actualidad unas quinientas cabezas nucleares –lejos todavía de las 5.800 rusas y las 5.200 estadounidenses, de acuerdo a cálculos del Instituto de Estudios de Estocolmo para la Paz Internacional–, cifra que aspira a doblar para 2030. La diplomacia no frenará su empeño: el pasado mes de julio, China canceló su diálogo nuclear con EE.UU. en protesta por la venta de armas a Taiwán.China mantiene el compromiso oficial de «no golpear primero», pero su rápida acumulación de armamento nuclear ha causado alerta en la comunidad global ante una hipotética finalidad no solo disuasoria. Tong Zhao, investigador del Carnegie Endowment for International Peace y uno de los analistas más destacados en este ámbito, ha señalado que dicho incremento constituye «un cambio en la estrategia y en la doctrina nuclear china», pues el mantenimiento de una «capacidad de segundo impacto» creíble «no puede explicar la escalada radical y la veloz expansión».
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