Un cable eléctrico submarino entre Estonia y Finlandia dejó de funcionar el pasado miércoles. Poco después fallaban también dos conexiones de datos en la misma ruta submarina. Las autoridades finlandesas están ya familiarizadas con este tipo de problemas y recurrieron al rastreo de señales e información satelital que han ayudado anteriormente a resolver repetidos casos de sabotaje en el mar Báltico . En este caso, los datos apuntaban a un petrolero ruso como causante de los daños, el Eagle S , que ayer fue abordado y detenido por la Guardia Costera. Esta vez, a diferencia de las anteriores, se trata de uno de los barcos de la flota fantasma rusa gracias a la que Putin burla las sanciones impuestas por la Unión Europea.El incidente provocó a última hora del miércoles el fallo de la conexión eléctrica Estlink 2 de 658 megavatios. Esto significa que entre ambos países sólo sigue en funcionamiento la red Estlink 1 de 358 megavatios, como anunció el operador Fingrid. La reparación de la línea de conexión Estlink 2, de 170 kilómetros de longitud, llevará meses. El corte podría provocar una situación tensa en el suministro eléctrico en un momento crítico del invierno, ha subrayado el operador.Las autoridades finlandesas han tomado el control del Eagle S, registrado en las Islas Cook. «Estamos investigando un caso de sabotaje grave», ha informado Robin Lardot, que dirige la investigación en la que participan varias agencias. «Según nuestras conclusiones, el daño fue causado por un ancla del barco». También ha confirmado que ha sido confiscado el cargamento del barco y que se trata de uno de los petroleros envejecidos de Rusia que eluden las sanciones. «Ya hemos incautado el barco, hablado con la tripulación y recogido pruebas», ha relatado Lardot, de la Oficina Nacional de Investigación de Finlandia.Noticia Relacionada Comisario de Defensa europeo estandar Si «Tenemos que prepararnos para un ataque de Rusia antes de 2030» Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín En su puesto recién creado, el lituano Andrius Kubilius insta a Bruselas a «rearmarse más rápidamente»Actualmente, el Eagle S se encuentra frente a la costa de la península de Porkkala, a unos 30 kilómetros al oeste de la capital finlandesa, Helsinki. El jefe de la autoridad aduanera finlandesa, Sami Rakshit, y las autoridades de la Unión Europea, coinciden en ver una conexión con el gobierno ruso tras el incidente. «El barco sospechoso es parte de la flota rusa en la sombra, que amenaza la seguridad y el medio ambiente y al mismo tiempo financia el presupuesto de guerra ruso», dijo un comunicado conjunto de la Comisión Europea y la Alta Representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas.El presidente finlandés, Alexander Stubb, ha dichor por su parte en X que «los peligros planteados por la flota rusa en la sombra deben ser eliminados». Había seguido de cerca el caso del cable eléctrico dañado junto con el primer ministro Petteri Orpo. La expresión «flota rusa en la sombra» se refiere a los petroleros de bandera extranjera, con los que Rusia elude el embargo petrolero impuesto hace dos años. Son barcos muy antiguos y a menudo no convenientemente asegurados para exportar petróleo crudo y productos derivados del petróleo, independientemente de las sanciones internacionales.El barco de la Guardia Fronteriza finlandesa Turva y el petrolero Eagle S navegan en el mar frente a Porkkala, Finlandia Guardia costera finlandesaDoce países europeos quieren tomar medidas conjuntas contra esta flota rusa de petroleros y otros buques de carga que transportan petróleo, equipo militar o grano ruso robado de Ucrania. Los estados nórdicos y bálticos, Alemania, Gran Bretaña, los Países Bajos y Polonia han acordado tomar medidas coordinadas para «interrumpir y disuadir» a la Flota Sombra. Así lo anunció la Cancillería de Estado de Estonia en Tallin en una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Fuerza Expedicionaria Conjunta (JEF). Anteriormente, la UE también había apuntado a la flota rusa en la sombra con su 15º paquete de sanciones y prohibió a otros 52 barcos entrar en puertos de la UE. Además, ya no deberían poder beneficiarse de los servicios de las empresas europeas. Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia, Polonia, Finlandia y Estonia quieren además dar instrucciones a sus autoridades marítimas para que comprueben los documentos de seguro de los barcos sospechosos que pasan por el Canal de la Mancha, el estrecho danés, el golfo de Finlandia y el Øresund.En su reunión de principios de diciembre, los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN presentaron nuevas medidas defensivas para la infraestructura submarina en el Báltico, que ha sido reiteradamente atacada desde el inicio de la invasión rusa de ucrania, incluido el uso de nuevos drones navales para vigilar el mar Báltico y el Mediterráneo a partir de mediados del próximo año. Además, se ha mejorado el intercambio de información, se han ampliado las patrullas conjuntas y se ha sensibilizado sobre la situación de peligro. Pero todavía queda mucho por hacer, dice Moritz Brake, experto en seguridad marítima del Centro de Estudios Avanzados de Seguridad, Estratégicos y de Integración (CASSIS) de la Universidad de Bonn. «Donde todavía tenemos que cerrar brechas es en la vigilancia marítima, especialmente bajo el agua. Y también estamos lejos de donde tenemos que estar en términos de opciones de reacción», ha declarado en una entrevista con die Welt. Además, se necesitan redundancias que puedan amortiguar el fallo de un oleoducto o cable y un mejor intercambio de datos entre actores privados y militares, así como nacionales e internacionales, añade Henrik Schilling, del Instituto de Política de Seguridad de la Universidad de Kiel: «estas cooperaciones son importantes para poder crear de forma rápida y eficaz una imagen uniforme de la situación».