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Internacionales

La catástrofe de las Mayotte muestra la tragedia de la Francia de ultramar

Francia llama Departamentos, regiones y colectividades de ultramar (DROM-COM) a los confetis de su antiguo imperio colonial: los territorios, islas y archipiélagos dispersos en el mar Caribe y los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, del más diverso origen étnico, religioso y cultural. El paso del ciclón Chido por el más pobre de esos territorios, las islas de Mayotte , ha iluminado una pavorosa tragedia histórica.Entre los DROM-COM, los más importantes, como la Guadalupe, la Martinica, la Guayana o la Reunión, son territorios modestos y alejados de la metrópoli, pero bastante integrados en la Francia histórica a través de relaciones muy profundas.Entre los antiguos territorios del imperio , levantado a principios del siglo XIX y desaparecido definitivamente a mediados del XX, las islas Mayotte –320.000 habitantes–, en el Índico, al norte del canal de Mozambique, ocupan un puesto único, que los estragos del ciclón Chido han recordado con una crueldad trágica.Noticia Relacionada Con la aprobación de Le Pen estandar Si Bayrou rescata a Manuel Valls como ministro para su Gobierno Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París Marine Le Pen ha pesado en la elección, rechazando a un conservador y aceptando a Manuel VallsEntre el 9 y el 17 de diciembre, el ciclón dejó a su paso un rastro de inmensa destrucción en pueblos, caminos, carreteras, instalaciones… Antes siquiera que comenzaran los trabajos de la más inmediata urgencia, con la movilización de soldados, gendarmes, bomberos, drones y aviones especiales quedó en evidencia la primera y más profunda de las tragedias de este territorio: será imposible conocer la cifra exacta de muertes, de hombres y mujeres desaparecidos entre montañas de escombros y tumbas improvisadas.Enterrar a los muertosEl 95% de la población de las Mayotte es musulmana. Los cristianos católicos son, a su vez, muy minoritarios. En la tradición musulmana local, con rasgos religiosos propios, más cercanos al islam africano que al islam europeo o de Oriente Próximo, los muertos deben enterrarse antes de las 24 o 48 horas posteriores al fallecimiento. Tras el paso arrollador de Chido, las autoridades locales, representantes del Estado Francés, repitieron hasta la saciedad la incertidumbre sobre el número de fallecidos… ¿Decenas? ¿Centenares? ¿Millares? Soledad abismal de las familias en un océano de desolación e incertidumbre.Queda el espectáculo trágico de hombres, mujeres, padres, madres, niños o ancianos rezando ante montañas de escombros que grúas y excavadoras debían limpiar, sin poder saber ni contabilizar los cadáveres entre las toneladas de basura que era urgente recoger y destruir para evitar la propagación de enfermedades.La religión musulmana solo es uno de los rasgos diferenciales que separan los franceses de las Mayotte de sus compatriotas administrativos de la Francia metropolitana. Desde principios del XIX, el mayotés es mayoritariamente de origen étnico africano. En la población del archipiélago también está muy presente los árabes y la inmigración del más diverso origen. Ese origen étnico plural, muy alejado del francés metropolitano, tiene otra componente cultural. El francés es la lengua oficial del archipiélago ; pero los jóvenes prefieren hablar sus propias lenguas: el mahorés, de origen africano –los primeros colonizadores de las islas llegaron de Níger y Congo–, o una lengua malgache, el bushi, vernácula en varias regiones del archipiélago. El shimaore es otra variante de la lengua local de uso cotidiano. Ante esa riqueza étnica, religiosa, lingüística y cultural, los trabajos de salvamento y socorro han encontrado problemas de comunicación inmediatos, complejos y de difícil solución.Inmigración multiétnicaEl tifón Chido ha recordado que una demografía galopante y una pobreza muy angustiosa, acompañadas de una inmigración multiétnica, complicarán el futuro inmediato de las Mayotte, que es el departamento más pobre de Francia y uno de los territorios más míseros del mundo, con una población que ha nacido y vivido en chabolas de la más humilde condición durante generaciones. El 75 % de los habitantes de las islas solo habla el mahorés; el 48 % de los jóvenes de 16 y 18 años son analfabetos; y el 64 % de los alfabetizados pasan con dificultad sus exámenes de francés en la escuela media o primaria. Ese déficit cultural básico agrava todos los indicadores: el 84 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza . Durante el último medio siglo, sucesivos gobiernos franceses han intentado incrementar los servicios públicos en materia de sanidad, educación y necesidades básicas con un éxito relativo. Una inmigración todavía más pobre crea nichos de enfrentamientos entre poblaciones víctimas de las mismas lacras. Se han mejorado los índices y tasas de mortalidad. Pero el tifón Chido ha recordado la precariedad pavorosa de unas islas con una demografía igualmente única y excepcional que, meses antes, había votado a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en las elecciones legislativas: en la segunda vuelta de los comicios, el 7 de julio, la extrema derecha obtuvo cerca del 54% de los votos.Crecimiento demográficoSegún los estudios oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas Económicas (INEE), la población de las Mayotte podría duplicarse en los próximos diez o quince años. De 320.000 habitantes, hoy, podría pasar a 500.000 incluso 750.000 habitantes, el 2035 o 2040.El archipiélago tiene un crecimiento demográfico del 3,8 %. La media aritmética de la mujer mahoresana es tener 4,68 hijos : entre 9.500 y 10.000 nacimientos por año. Una bendición desde el punto de vista familiar y un problema de inmenso calado. La pobreza desesperante, acompañada de una paternidad aleatoria, crea situaciones personales de difícil solución para las madres y para la administración central en París.No todos los DROM-COM tienen orígenes y situación tan trágica como las Mayotte, sin duda. Pero el archipiélago plantea otros problemas: carece de recursos propios para aspirar a la independencia. Impensable. Un turismo modesto, una agricultura y un comercio forzosamente humildes solo pueden ayudar, en incierta medida, a la supervivencia y deseable bienestar de los mahoreses, cuya fertilidad demográfica quizá sea un capital humano único y excepcional. Pero queda en suspenso la creación de condiciones de vida aceptables y deseables para intentar evitar que esa población joven no se deje arrastrar por la angustia y la desesperación social, como se ha temido y se teme tras las tormentas huracanadas del tifón Chido.

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