Rosario Murillo , oficialmente, ha sumado un título más a su cargo. Ya no solo es la primera dama de Nicaragua, ni tampoco solo es la copresidenta del país centroamericano. Ahora también es la nueva jefa suprema del Ejército nicaragüense, junto con su esposo, el copresidente del país, Daniel Ortega , quien ya lo era.Dado que en la Nicaragua del dictador Ortega, nada pasa por sorpresa, la confirmación de Murillo en el cargo era meramente un trámite y un formalismo. Su mujer fue designada copresidenta por medio de una reforma a la Constitución política que él ordenó y ahora fue nombrada jefa suprema del Ejército de Nicaragua a través de la iniciativa de Ley de Reformas y Adiciones al Código de Organización, Jurisdicción y Previsión Social Militar, enviada por el Ejecutivo y aprobada por unanimidad y con carácter urgente por la Asamblea Nacional durante la sesión plenaria del pasado martes 25 de marzo. A partir de hoy, avalada por una ley creada a su medida, Murillo podrá hacer con un aparente aura de legalidad, todo aquello que ya hacía desde su rol como primera dama. Es decir, tener el poder del poder. Ahora Murillo ejercerá la «conducción política de la defensa armada del Estado» y podrá ordenar «el inicio de operaciones militares en defensa del país en caso de agresión externa». También podrá ordenar la intervención del Ejército de Nicaragua en apoyo a la Policía Nacional «cuando la estabilidad del país así lo requiera».Noticia Relacionada estandar Si La dictadura de Ortega cambiará la Constitución: «Somos dueños de Nicaragua» Juan Diego Godoy De cara a las elecciones de 2026, el presidente sandinista reformará la Ley para asegurarse su permanencia en el poder y también la de su mujer, Rosario MurilloEquilibrio de poderDesde la reforma de 2024, la presidencia de Nicaragua está integrada por dos copresidentes —en este caso, un hombre y una mujer; Ortega y Murillo—, según una profunda reforma parcial a la Constitución Política, discutida a finales del año pasado y que entró en vigor el 19 de febrero. Bajo esta normativa, tanto el dictador como su esposa tendrían el mismo poder de control de las Fuerzas Armadas. Esto, dentro de la lógica dictatorial nicaragüense en la que los intereses de Murillo suelen estar alineados cien por cien con los de su esposo, no parece ser ningún problema. ¿Pero qué pasa si hay desavenencias entre la pareja de copresidentes? ¿Qué sucederá con las futuras parejas presidenciales? ¿Quién realmente tiene el poder y el mando? «No creo que haya ninguna desavenencia, porque Murillo jamás tomará una medida sin consensuar con Ortega. Pero, de todas maneras, estos son nuevos problemas que traen estas reformas y que los abogados nunca nos habíamos planteado», asegura Eliseo Nuñez , abogado y analista político. El jurista considera que esos «cabos sueltos» tendrán que regularse en la Ley del Ejecutivo, con nuevas reformas. «En cuanto al más poderoso de los dos, yo considero que está claro: Murillo. Ella es quien está en el día a día del país y controla absolutamente todo», explica Nuñez.En contraste, para Roberto Samcam , mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, el dueño del poder sigue siendo Ortega. «Si tenemos que ponerlos en la balanza, diga lo que digan las reformas, el mayor poder lo tiene el ahora copresidente Ortega. Caso distinto es que Ortega muera y quede como única autoridad la figura de Murillo, ahí si, por descarte, todo el el poder sería para ella», asegura Samcam, quien también es especialista en temas militares. Problemas de salud de OrtegaEl experto, sin embargo, coincide con Nuñez en que los cambios constitucionales y el traspaso de poder obedecen a los problemas de salud del dictador y a la coordinación de su sucesión ante su inminente partida. «Ortega se está adelantando a las circunstancias, permitiéndole a Murillo tomar el control del país para mantenerlo en la misma línea. Pero mientras alguno de los dos viva, no habrá ningún tipo de confrontación entre la pareja», reitera Samcam. «Estas reformas constitucionales fueron creadas por nombre y apellido. Es decir, no funcionan con nadie más. Si Ortega y Murillo dejan el poder, automáticamente quien asuma buscaría modificar esta reforma y si se trata de un demócrata, buscará regresar a una Constitución como la de 1997, antes de que comenzara a ser moldeada por la dictadura orteguista en 2007, porque todas estas normas no son más que adefesios jurídicos», explica una fuente cercana al poder en Nicaragua.La Constitución de la República de Nicaragua entró en vigor el 9 de enero de 1987, y ha sido reformada en por lo menos seis ocasiones. Pero la de 2024 fue una de las más radicales. A grandes rasgos, la reforma pulveriza con fuerza constitucional cualquier proyecto de oposición y define una línea sucesoria dentro de la familia Ortega Murillo. «Somos dueños de Nicaragua», dijo Murillo, sin escrúpulos durante la presentación de la reforma en noviembre de 2024. Cuatro meses después, nadie duda del poder de sus declaraciones.