Es una «locura» que puedas convertirte en ciudadano sueco sin hablar una palabra de sueco ni saber nada sobre el país, ha justificado el ministro de Inmigración de Suecia, Johan Forssell, la nueva normativa. «En ese caso, ¿cómo debe uno ganarse la vida?», ha deducido.En ningún lugar de Europa era hasta ahora tan fácil obtener la ciudadanía como en Suecia y el gobierno conservador de Ulf Kristersson , que asumió el cargo en 2022 con el apoyo de los nacionalistas de derecha Demócratas de Suecia, considera que, definitivamente, es hora de cambiar eso. Además de hablar la lengua nacional, se exigirá en adelante a los solicitantes de pasaporte sueco la plena aceptación de los «valores suecos» y un «comportamiento honorable» probado. «La ciudadanía debería ser algo que te ganes y no que se te entrega incondicionalmente», ha explicado el ministro.Las personas que han ingresado al país y que no pueden demostrar su identidad, lo que suele ocurrir con cierta frecuencia en los procedimientos de solicitantes de asilo, tendrán que esperar diez años antes de poder presentar la solicitud . La razón de este plazo es que la Administración sueca necesita al menos ese tiempo para verificar el comportamiento de la persona y el solicitante a su vez para poder familiarizarse con las condiciones de vida en Suecia y con el idioma.Noticia Relacionada Elecciones fallidas y radicalización estandar Si Europa se enfrenta a su mayor inestabilidad política en décadas Rosalía Sánchez | Corresponsal en BerlínDurante esos diez años, las autoridades podrán cerciorarse de que el solicitante de asilo no lleva a cabo actividades que pongan en peligro la seguridad, según la jefa de la comisión de expertos, Kirsi Laakso Utvik. Los inmigrantes deben llevar una «vida decente y honorable» para obtener la ciudadanía sueca, ha dicho. Y entre los criterios que se valorarán para conceder la ciudadanía sueca serán los propios ingresos del solicitantes, el no haber adquirido deudas y estar libre de condenas con sentencias de prisión.Además, según el servicio de inteligencia nacional SÄPO deberán verificar que la persona no constituye un riesgo para la seguridad . También se valorarán conocimientos de estudios suecos y regionales en un examen de ciudadanía. El gobierno sueco quiere dificultar así el acceso a la nacionalidad, siguiendo las conclusiones y recomendaciones de una comisión de expertos liderada por Kirsi Laakso Utvik.Los requisitosEntre las condiciones de vida en Suecia y «valores suecos» que los inmigrantes deben respetar, Forssell ha subrayado la igualdad de género, el derecho a casarse con quien uno quiera y la renuncia por tanto al a práctica de los matrimonios acordados por las familias, así como el derecho de niñas y niños por igual a jugar al fútbol o ir a nadar. «Si no aceptas eso, Suecia no es el país adecuado para ti» , ha zanjado el ministro.Desde el pasado mes de septiembre, el gobierno sueco se ha propuesto aumentar significativamente la bonificación por el retorno voluntario de los inmigrantes a su país de origen hasta los 30.000 euros por persona, una oferta que entrará en vigor a partir de 2026. El portavoz de política migratoria del partido derechista Demócratas Suecos, Ludvig Aspling, dice sobre la planeada prima de salida que «la consideramos sólo como el último recurso en la política de integración: si nada más funciona, si vemos que no hay otra salida para ciertas personas, si no encuentran trabajo y no se integran, entonces debemos hacerles una oferta para que regresen a casa». Sistema de integraciónHasta ahora, las bonificaciones por salida del país han sido poco aceptadas, aunque las cantidades eran mucho menores. El politólogo Andrea Spehar, de la Universidad de Gotemburgo, explica que «el Gobierno y los Demócratas Suecos están intentando diseñar un sistema de integración y de inmigración tan restrictivo como el danés, quieren seguir los pasos de Dinamarca».Sin embargo, el propio informe encargado por el propio Gobierno y en el que se basan las cuantiosas primas plantea ciertas dudas sobre su eficacia. El autor del informe, el economista Joakim Ruist , no cree que el dinero vaya a animar a muchos a marcharse: «Dinamarca paga una cantidad igualmente alta por la salida voluntaria y las salidas allí han aumentado solamente un 10%: entre 100 y 200 personas al año. Por lo tanto, hay un efecto, pero no es tan grande como para considerarlo significativo».Estima que en Suecia el bono podría provocar que alrededor de 700 inmigrantes más abandonasen el país cada año. No descarta que tenga un efecto llamada indirecto, de inmigrantes que acudan a Suecia como una inversión, para volver a salir con la prima bajo el brazo, y, por otra parte, podría enviar una señal problemática. «Una consecuencia probable es que la medida conduzca a la exclusión, que envíe el mensaje: sois tan indeseados que estamos dispuestos a pagar para deshacernos de vosotros. Esto podría a su vez hacer que algunas personas pierdan la motivación para integrarse. Y el número de estas personas no tiene por qué ser tan grande para que desaparezca el efecto financiero positivo».