Apenas estamos en los primeros compases de la transición hacia su segundo mandato como presidente de EE.UU. y Donald Trump ya ha dado muestras evidentes de que pondrá a prueba el sistema de contrapesos -\'checks and balances\'- de la democracia más vieja y estable del mundo.Trump ha salido de las urnas reforzado , pese a que su victoria no esconde la división de EE.UU. (ganó el voto popular frente a Kamala Harris por dos puntos, la misma diferencia con la que él perdió frente a Hillary Clinto n en 2016). El ganador se siente reivindicado, después de sus acusaciones de robo electoral en 2020 no atendidas por los tribunales, después de haber afrontado cuatro imputaciones penales, después de sobrevivir de milagro a un intento de asesinato, después de haber sido combatido por la mayoría de la prensa estadounidense.Trump prometió en campaña dar un vuelco a EE.UU. desde la Casa Blanc a y busca hacerlo sin cortapisas. Algunos de sus nombramientos para cargos relevantes en su próximo gobierno dan la medida de ello. En especial, los que tienen que ver con la política doméstica. Ha elegido a figuras rupturistas , en las que privilegia la lealtad hacia su persona frente a la experiencia en el ámbito de su ocupación.Noticia Relacionada opinion Si ¿Por qué el populismo libertario de Trump se ha convertido en un gran negocio? Pedro RodríguezLa escena política de EE.UU. ha recibido sus cuatro últimos nombramientos entre la sorpresa y la conmoción: Matt Gaetz , quizá el diputado más extremista y polémico de la Cámara de Representantes, además de trumpista acérrimo, para fiscal general; Tulsi Gabbard , excongresista y candidata presidencial demócrata, convertida con fervor al trumpismo, con simpatías evidentes hacia Rusia , para directora nacional de inteligencia; Pete Hegseth , un presentador de televisión con algo de experiencia militar pero apenas ninguna en defensa y seguridad nacional, para liderar el Pentágono; y Robert F. Kennedy Jr. , un activista ambiental que ha difundido información errónea sobre las vacunas, para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), la principal agencia de salud del país.Trump no quiere que se repita lo ocurrido en su primer mandato. Se rodeó de figuras convencionales del Partido Republicano con las que acabó enfrentado porque eran un freno -en ocasiones, por cumplir la ley- a sus ambiciones. Echó a su primer fiscal general, Jeff Sessions , porque eligió recusarse en lugar de tumbar la investigación del fiscal especial sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. Con el segundo, William Barr , también acabó mal porque no vio el robo electoral que él clamaba. También se peleó con secretarios de Defensa -el general Jim Mattis - o jefes de Gabinete -el también general John Kelly -, que trataban de aplacar sus peores instintos. Y, por supuesto, con su vicepresidente, Mike Pence , por negarse a evitar la certificación de Biden como ganador en 2020.Dichos altos cargos -prestigiosos, convencionales, muchos de ellos de pasado militar- eran conocidos en aquel primer mandato como los «adultos en la sala». Nada evidencia más que Trump busca ahora otro perfil que su elección de Gaetz, el \'enfant terrible\' de Washington , quizá el diputado más polémico y polarizante. John Bolton , que fue asesor nacional de seguridad de Trump en su primer mandato, ha calificado a Gaetz como «el peor nominado para un puesto del Gabinete en la historia de EE.UU.».Agenda extremistaGaetz, con una agenda extremista, ha representado desde 2017 a un distrito de Florida y ha sido protagonista de las mayores turbulencias en la Cámara Baja de los últimos años. Muchos de sus propios compañeros no lo quieren, después de haber impulsado el año pasado el derrocamiento de Kevin McCarthy , el republicano que presidía la Cámara, un episodio que sembró el caos en la bancada republicana.Su nominación para fiscal general, para dirigir el Departamento de Justicia y liderar la persecución del crimen en la primera potencia mundial, es un pulso de Trump a los republicanos del Congreso . Y será una medida de cuánto poder tiene sobre ellos y un anticipo del tono de su segundo mandato.Los puestos más relevantes del Gobierno de EE.UU. requieren confirmación del Senado, donde los republicanos tendrán a partir de enero una mayoría tras las elecciones de comienzos de mes. Esta misma semana, los republicanos han elegido al que será el nuevo líder de esa mayoría: John Thune , un senador continuista que se impuso a Rick Scott , la opción rupturista, abanderada por los círculos trumpistas.Por otra parte, Trump ha seleccionado a Robert F. Kennedy Jr. , un activista ambiental que ha difundido información errónea sobre las vacunas, para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) , la principal agencia de salud del país. Kennedy se postuló para presidente en las elecciones de este año como independiente antes de retirarse en agosto y respaldar al líder republicano a cambio de un cargo en su administración.Artimaña legalEn una maniobra de fuerza, Trump ha exigido a los republicanos del Senado que se salten el proceso de confirmación. Les exige una artimaña - declarar a la Cámara Alta en receso - para que sus nominados no requieran de su supervisión y obtengan una confirmación automática. Sería la forma ideal para Trump de conseguir que Gaetz y otros nominados cuestionables lleguen al Gobierno sin el control del Congreso . De momento, Thune se ha limitado a decir que explorará «todas las opciones» para «mover con rapidez» los procesos de confirmación.En el caso de Gaetz, el receso podría ser la única manera de conseguir la confirmación. Trump lo ha elegido porque ha sido un aliado feroz tanto en el Congreso, como en los medios, como en campaña. Ha combatido cualquier investigación contra el presidente electo y ha exigido investigaciones contra los demócratas. Eso es exactamente lo que busca Trump en su fiscal general, después de haber prometido venganza contra sus enemigos demócratas durante la campaña. «Yo seré vuestra justicia, yo seré vuestra venganza», dijo el año pasado a sus seguidores en un acto político.Pero Gaetz llega con mucho equipaje. No solo por su personalidad incendiaria. También por escándalos que se desmenuzarían en el proceso de confirmación ante el Senado: fue investigado por las autoridades por relaciones sexuales con una menor -sin que fuera imputado- y hay una investigación abierta contra él en el Comité de Ética de la Cámara. Ese comité, además de investigar ese escándalo sexual, también ha revisado cuestiones como el uso de dinero de campaña para gastos personales.Gaetz dimitió de su puesto de diputado el mismo miércoles. Es un intento, según algunos, de evitar que se publique el informe del Comité de Ética, que tenía previsto reunirse la semana que viene.Críticas de los demócratasLa batalla por la confirmación de Gaetz y del resto de nombramientos cuestionables de Trump anticipará a un próximo presidente sin límites o con cierto control por parte del Congreso, con las dos cámaras en manos de los republicanos.Frente a las críticas de los demócratas y a la incredulidad de algunos republicanos, los más leales a Trump ven bien estos nombramientos, impensables en cualquier pasado reciente. «La gente de Washington no estará feliz, pero eso significa que ha vuelto el sentido común» , dijo Richard Grenell, aliado de Trump y que fue alto cargo de su anterior presidencia. «Esto es lo que votó EE.UU.» .