El gobernador recibió este viernes a Monseñor Andrés Stanovnik, quien se desempeñará hasta el 27 de diciembre como Arzobispo de Corrientes. Junto al prelado, compartieron una reunión en el despacho del Ejecutivo e intercambiaron palabras sobre distintos temas de interés para el pueblo correntino, en especial para los sectores más vulnerables: la importancia de la educación y sobre un cierre de año en paz.
En los días previos a la Navidad y a poco de pasar a un nuevo rol como Arzobispo emérito, Monseñor Andrés Stanovnik visitó en la Casa de Gobierno al gobernador Gustavo Valdés. Tras la reunión, relató que la conversación “comenzó y terminó con el tema de la educación y la importancia que ésta tiene. Coincidimos en que la educación empieza en la familia, que es el núcleo básico, y después la escuela la complementa. Eso es importantísimo, porque si en la familia a los chicos no se les da lo básico para aprender a convivir, después es muy difícil que loa prenda y termina siendo una persona con poca capacidad de socializar”, reflexionó.
En ese sentido, subrayó que con el titular del Ejecutivo provincial coincidieron en la relevancia de este tema, a la vez que valoró que se trate de un cierre de año “en el que estemos en paz. Podemos festejar, aunque falte para que esa paz se arraigue definitivamente, porque hay que tener en cuenta a los sectores que padecen. Aunque cerramos el año con llagas sociales, percibo que hay mucha gente con esperanza”, remarcó Stanovnik, luego de 17 años como Arzobispo de la Arquidiócesis de Corrientes y ya muy cerca de retirarse de ese rol.
Un pueblo que celebra
“Yo recibí en Corrientes a un pueblo muy cálido, que tiene la capacidad de celebrar y que además es un pueblo que peregrina. Son dos cosas que van muy unidas, porque el que peregrina siempre festeja: sabe desde dónde viene y hacia dónde va; y valora cada paso en el camino. Por eso recibo la fe del correntino como un regalo enorme, que se expresa de manera muy tierna en la fe en la Virgen de Itatí”, recordó Monseñor Stanovnik respecto de lo que se lleva en su experiencia como ministro de la iglesia en Corrientes.
Ya dispuesto a dejar paso a la nueva etapa como Arzobispo emérito, confirmó que aunque no seguirá viviendo en Corrientes, continuará “muy vinculado” con la provincia.
“Voy con mucha confianza a una nueva realidad de la que no tengo experiencia. No es tan crítico cruzar en la vida de una etapa a otra. Siempre nos va bien, porque una nueva etapa abre horizontes. No se puede abrir horizontes nuevos si no se deja otro atrás”, remarcó.
Así mismo, Stanovnik celebró que sea Monseñor José Adolfo Larregain quien lo suceda. “Ya es obispo auxiliar desde hace 4 años, se integró muy bien a la Iglesia y a la sociedad. Es un hombre que va a estar para la gente. Va a una fiesta patronal y llega a la mañana para estar, visitar a las familias, se sube a los caballos y recorre. Le va a dar otro impulso a toda la Iglesia”, aseguró.
Paz y Alegría
Al final, el prelado expresó su deseo navideño para los correntinos: “que sean unas fiestas de Paz y Alegría, es el mensaje que recibimos hace 2.000 años con la presencia del Mesías, que provocó en los corazones de quienes escucharon esa noticia y fueron a ver ese misterio. Paz y Alegría son dos cosas que en el alma de Corrientes caen muy bien, porque saben lo que son”, manifestó al final.