El Centro Cultural Nordeste invita a la apertura de la exposición “La leyenda de la niña carbonilla”, de la artista correntina Josefina Madariaga, a realizarse este viernes 6, a las 20,30 hs., en el Salón Iván Sagarduy del Centro Cultural Nordeste, en A. Illia 355, de Resistencia. La curaduría está a cargo de Julio Sánchez Baroni.
La leyenda de la niña carbonilla, por Julio Sánchez Baroni
¿Qué lugar es más fértil para el nacimiento de los mitos que el Paiubre, la región de Mercedes donde nació Josefina Madariaga? Como muchos niños, ella creció escuchando cuentos del Lobizón, el Curupí, la Luz Mala, y el Pombero, en la escuela, en su familia y en la calle. La ley, lo que está permitido y lo que no, se aprendía a través del mito (no salir a la siesta porque te roba el Pombero, por ejemplo).
San La Muerte y el Gauchito Gil son otros de los personajes habituales en el imaginario correntino, en las procesiones a los santuarios el calendario parece alterarse y tiempo y espacio entran en una dimensión mítica. El ritual formó parte de su vida, restos de loros, palomas y otros animalitos eran ceremoniosamente enterrados por ella y sus amiguitos mientras tarareaban la marcha fúnebre pues la muerte inspiraba respeto. Este es otro de sus temas, el vaivén entre la vida y la muerte, de ahí su interés por los autómatas, la creación del hombre de maíz del Popol Vuh, la historia de Frankenstein y otros, es decir mecanismo u objetos inertes que de pronto despiertan a la vida. Sus personajes con máscaras de gas tienen algo de autómatas, son humanos con rostros de metal haciendo equilibrio entre la integridad y la destrucción. ¿Por qué hay tantas niñas en sus carbonillas y cerámicas? Quizá porque en la psique de la niñez se cristalicen las estructuras míticas regionales y universales. Más adulta, queda encantada con el realismo mágico de la literatura latinoamericana y también con el grabado de Durero, El Caballero, la muerte y el diablo, 1513.
Comprueba que en el arte y en las letras existe un mundo semejante al que vivió de chica. La gran diferencia es que ella no aprendió el mito en los libros, sino en carne propia. Sus carbonillas remiten a la paleta limitada de la fotografía blanco y negro, y por ende al tiempo “de los antiguos”, como se dice en las zonas rurales, o in illo tempore, como precisa Mircea Eliade, pues más allá de los abuelos la memoria del individuo entra en un tiempo mítico. La tradición guaranítica, la herencia jesuítica, y el misterio inescrutable de la vida y la muerte se cruzan y se sintetizan en las carbonillas y cerámicas de Josefina, quien logra activar un universo vital e intangible donde lo tenebroso y lo maravilloso no pueden existir el uno sin el otro.
Josefina Madariaga, artista
Nació en Mercedes Corrientes, es Licenciada en Artes Visuales de la UNA. Es gestora, docente y trabaja en la producción de obras. Presentó su muestra itinerante “La leyenda de la niña carbonilla” en el Museo Vidal, Corrientes Capital, y en Caá Catí (Ctes), conmemorando los diez años de la Feria del Libro 2023. Expuso “El otro lado” en el Banco Nación Galería 2017, “El Otro lado” en el Consulado Argentino de Barcelona, 2019. Recibió el Premio Adquisición, del Banco Provincia de Corrientes, en Arteco 2022; Premio Graduado, Salón Prilidiano Pueyrredón 2018, de la UNA. Recibió la Mención al artista correntino en el Salón Mesopotámico, Curuzú Cuatiá 2012. Su obra fue exhibida en numerosas exposiciones colectivas y centros culturales. Fue jurado en importantes salones artísticos.
La entrada es libre y gratuita.