A menos de un mes para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebrarán el 5 de noviembre, crece la polémica por el estado de salud de los dos candidatos. Se trata de la actual vice presidenta Kamala Harris y del exmandatario Donald Trump. Este sábado, la Casa Blanca publicó un reporte médico que concluye que la postulante demócrata, de 59 años, tiene la «resiliencia física y mental necesaria» para gobernar el país. La difusión de ese informe no parece casual, en virtud de que el equipo del aspirante republicano difundió escasa información respecto al casi octogenario magnate.
«La vicepresidenta Harris continúa con excelente salud para realizar con éxito las labores de la Presidencia, incluidas las de jefa del Poder Ejecutivo y jefa de Estado», expresó su médico Joshua Simmons en el documento de dos páginas.
Además, el profesional sostuvo que Harris mantiene un estilo de vida saludable y activo, y que su examen físico más reciente, realizado en abril, fue «normal».
En este sentido, su equipo de campaña expuso la vitalidad de la candidata y aprovechó para cuestionar la agudeza mental de Trump, así como el hecho de que el aspirante republicano de 78 años no proporcionó información sobre su estado de salud ni su historial médico.
Según el informe, Harris usa lentes de contacto por una miopía leve y su historial familiar incluye cáncer de colon del lado materno. Mientras los exámenes de sangre le dieron normales, se indicó que anualmente se somete a colonoscopias y mamografías.
Por su parte, el expresidente se negó a publicar sus registros médicos durante su primera campaña en 2016 y, a pesar de haber prometido varias veces darlos a conocer en esta carrera presidencial, aún no cumplió.
Los informes médicos adquirieron una relevancia preponderante en estos comicios. Debido a esta cuestión, el presidente Joe Biden, de 81 años, abandonó la carrera por la reelección y le cedió su lugar a Harris, tras un calamitoso debate contra Trump y luego de una serie de furcios que puso en duda su salud mental.
