A través de un nuevo ataque, Israel mató en la Franja de Gaza al menos a 18 personas durante la noche de este lunes, entre las que se encontraban seis mujeres y cuatro niños, según informaron autoridades sanitarias.
La agresión bélica tuvo lugar en medio de conversaciones que parecen estar acercando posiciones entre Israel y Hamas para alcanzar, después de 15 meses, el alto el fuego y la liberación de docenas de rehenes.
Según consignó Associated Press, los funcionarios expresaron un creciente optimismo al respecto de la llegada a un acuerdo que permita parar la sangría que hasta ahora se llevó la vida de 1.200 israelíes y de más de 46.000 palestinos.
Asimismo, dos ataques israelíes en la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de Gaza, mataron a dos mujeres y sus cuatro hijos, cuyas edades oscilaban entre 1 mes y 9 años. Una de las mujeres estaba embarazada y el bebé no sobrevivió, según el Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, que recibió los cuerpos.
Otras 12 personas murieron en dos ataques en la ciudad sureña de Khan Younis, según el Hospital Europeo, de los que no hubo comentarios inmediatos por parte del Ejército israelí.
Israel justifica sus matanzas bajo el argumento de que solo ataca a los militantes y los acusa de esconderse entre los civiles en refugios y campamentos de tiendas de campaña para los desplazados.
Israel y Hamas han recibido una renovada presión para detener el conflicto en el período previo a la investidura del presidente electo Donald Trump el 20 de enero, cuyo enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, se unió recientemente a los mediadores estadounidenses, egipcios y qataríes en la capital del país del Golfo, Doha.
El acuerdo por fases se basaría en un marco establecido por el presidente Joe Biden en mayo y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
En la primera fase, Hamas liberaría a decenas de los rehenes más vulnerables capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra a cambio de decenas de prisioneros palestinos mientras las fuerzas israelíes se retirarían de los centros de población.
Al menos a algunos palestinos se les permitiría regresar a sus hogares y habría un aumento de la ayuda humanitaria. En la segunda fase, Hamas dice que liberaría a los rehenes restantes a cambio de un gran número de prisioneros, una retirada israelí total y un alto el fuego duradero.
Mientras, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido seguir luchando hasta que las capacidades militares y de Gobierno de Hamas hayan sido destruidas y ya no representen una amenaza. La brecha entre las dos partes se negociaría durante la primera fase.
El Ejército israelí dice que ha matado a más de 17.000 combatientes, sin proporcionar pruebas. La ofensiva ha reducido a escombros grandes áreas del territorio y ha desplazado a alrededor del 90 % de la población de Gaza de 2,3 millones, con cientos de miles apiñados en campamentos de tiendas de campaña a lo largo de la costa donde el hambre es generalizada.
La guerra se ha extendido por toda la región, provocando más de un año de combates entre Israel y los militantes de Hezbolá del Líbano que terminaron con un tenso alto el fuego en noviembre. Israel también ha intercambiado fuego directo con Irán, que respalda a Hamás, Hezbolá y los hutíes de Yemen.
El Ejército israelí dijo que hizo varios intentos de interceptar un misil lanzado desde Yemen la madrugada del martes y que «el misil probablemente fue interceptado». Dijo que un artefacto de similares características anterior disparado desde Yemen también fue interceptado.
Los hutíes, que en 2014 capturaron la capital de Yemen, Saná, y gran parte del norte del país, han lanzado una serie de ataques con misiles y aviones no tripulados contra Israel y han atacado barcos internacionales en el mar Rojo.
