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Opinión del Director

Amor hasta ahí nomas

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Crédito: 10428
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Aunque rápidamente se pretendió “enfriar” las cosas con la aclaración de la necesidad de la aprobación inmediata de parte del Concejo  Deliberante del convenio de restructuración de la deuda del municipio de la Capital, está claro que el mensaje fue contundente. Y de viejas mañas aún utilizadas.

 

Sobre el mediodía, la noticia sacudió la modorra correntina de un día más o menos común, al conocerse que Capital sufría el descuento total de sus cuentas por coparticipación, lo cual originaba la drástica medida de suspender el último tramo del cronograma salarial.

 

Tal lo dicho, y en una siesta de zozobra entre los empleados municipales que ya no quieren vivir el pasado nefasto que los castigó, la aclaración de la necesidad del aval del Concejo conllevaba la explicita concreción de una sesión especial en el deliberativo local para avalar ese acuerdo.

 

“La falta de aval deja sin marco legal al acuerdo con la Provincia y determina la falta de vigencia del entendimiento con el Gobierno Provincial relacionado a la forma de cancelación del pasivo municipal con el Estado provincial”, dijo el comunicado emitido por Hacienda de la Provincia, dejando medianamente aclarado el hecho.

 

Se especula que en las próximas horas, con la aprobación del Concejo, la sangre no llegará al río.

 

Ahora, ¿Dónde debe ubicarse ésta decisión en el marco de las relaciones siempre frágiles entre la comuna y la Provincia?.

 

Algunos dicen que fue un avance casi personal del mandamás del Palacio de Hacienda, buscando quedar bien con su jefe máximo, pero buscando mostrar además su plena injerencia en las decisiones fuertes.

 

Otros, entre sorprendidos y no tanto, aseguraban que no hubo nunca una determinación de éste tipo para responder a la declarada “pelea del Senado”.

 

Pero unos pocos -que eligen callar porque saben cómo viene la mano desde hace años- recordaron las armas que suele utilizar Colombi en éstos casos. Armas que están escondidas pero siempre a mano para mostrar quien tiene y cómo se utiliza el poder.

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