Por Daniel Caran
La semana cierra con la buena nueva del acuerdo entre los gremios docentes locales y el Gobierno Provincial, en lo que implica el normal inicio del ciclo lectivo 2016.
A esta altura, aunque suene pesimista y hasta ilógico, bien vale preguntarse: ¿hacía falta tanta demora en las negociaciones?
Uno no pretende enrostrar responsabilidades, ni busca soluciones mágicas a problemas comunes que trascienden la mera pelea política, pero está claro que bien podrían los protagonistas de esta repetida historia ‘ir ganando tiempo’ cada año para establecer prioridades y evitar largos e innecesarios cabildeos.
Está bien, por estas horas se arregló la cuestión económica, y nadie puede obviar que ese tema encabece cada discusión y sea prioritario. ¿Pero y las otras cuestiones… seguirán pendientes hasta la próxima pelea?
Y como dijimos ayer: cuesta hablar de cosas reiterativas, pero los planteos sindicales y los argumentos oficiales en la discusión docente son repetidamente copiados cada inicio de año.
Se insiste: tras el arreglo económico, ¿alguien puso en la lista los problemas de infraestructura?
Justamente esta mañana trascendieron fotos sobre el estado de algunos techos de la Escuela Llano, ubicada a metros (sí… a metros) del Ministerio de Educación. Y si no se pudo solucionar con urgencia un problema en una escuela del microcentro… ¿Qué se podrá hacer con una escuela rural cercana a Sauce?, por solo dar un ejemplo geográfico.
Surge entonces la propuesta: que los gremios establezcan una lista de prioridades allá por septiembre u octubre de cada año, y que una delegación legislativa se ocupe de corroborar éstas para así atender con la celeridad del caso.
Urge la necesidad de evitar los roces, cuando se terminan desnudando las peleas intestinas que nada tienen que ver con el objetivo final que persiguen –seguramente- tanto los gremios docentes como las autoridades.
La idea es anticipar las demandas, para que no terminen siendo problemas irresueltos.
¿Cómo sigue la historia? Ya lo sabemos: empiezan las clases… empiezan las quejas por cuestiones edilicias en escuelas. ¿Apostamos que será así?
