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Opinión del Director

El dictador de Costa Pobre

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Crédito: 10999
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Blandía su sable con cierta reminiscencias del pasado oscuro, aunque al escucharlo pronto se entendía de su incomparable humor… 


El enorme y recordado Alberto Olmedo hacía allá por los 80 a "El dictador de Costa Pobre", parodia de un típico general golpista de un país bananero

 

Gobernaba la isla llamada Costa Pobre (enfrente de otra llamada Guatepeor...) El "protector de los pobres y los desamparados" era, en la incomparable actuación del rosarino, un dictador de molde, cobarde y miserable, que lo único que desea es mantener el poder e incrementar su fortuna personal a costa del hambre del pueblo.

 

Esas figuras humorísticas lamentablemente se trasladan a éstos lares por estos días, donde un gobernador de pobreza apela a medidas conocidas que en el pasado fomentaron la incertidumbre, el temor, el odio entre correntinos.

 

La paz política tan ansiada y necesaria entre dos de los principales referentes políticos de Corrientes duró poco. Nada.

 

La ilusoria razón de pensar en positivo llevó nuevamente a terrenos conocidos: la presión política por fondos coparticipables que deben ser repartidos en el marco de la ley, y no de definiciones cotidianas que bien puede cambiarse de acuerdo al estado emocional de un mandamás de turno.

 

El fin de semana pasado, en una nota brindada con un medio gráfico, el Gobernador anticipó lo que se vendría luego: su enojo político por supuestos acuerdos incumplidos daba pie a decisiones revanchistas destinadas a perjudicar directamente al Intendente de Capital.

 

“El principal responsable. El incumplidor número uno”, según el mercedeño.

 

Así, el amor que duró tan poco, se volvió a transformar en la guerra que nadie quiere… y no por ser emocionales o sensibles, sino porque sabemos (y con creces) cómo terminan éstas peleas: más pobreza… más diferencias… más odio.

 

“Un gobernante gruñón se está quedando con nuestra plata”, respondió el lord mayor de Capital, hábil orador que obviamente buscará sacar su rédito político ante todo.

 

¿Podrá alguien ponerle un coto a tamaña incoherencia que nos lleva a rememorar historias no queridas?.

 

Me permito ser pesimista si de buscar cambiar las actitudes del ocupante de la Rosada local se tratase… Y vuelvo a recordar al personaje de Olmedo si alguien pretende hacerle ver sus errores… “De acáaaaaa….”, le respondería… como el histriónico Dictador de Costa Pobre.

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