Por Daniel Caran
Terminamos la primera semana del nuevo año lamentablemente cumpliendo los pronósticos vaticinados desde finales de noviembre pasado. La movilidad de personas por la cercanía y receso estival generaría, lo terminó haciendo, un crecimiento descomunal en el índice de contagios por Coronavirus en nuestra provincia.
Lo peor es que a día domingo 10 de enero aún no sabemos qué hará el Gobierno de la Provincia de Corrientes. Qué medidas, si es que tiene planificado, tomará para controlar al menos en parte la escalada de contagios y fallecimientos que se producen a diario en la geografía correntina.
El Gobierno nacional tomó medidas y pidió acompañamiento y justamente decisión política a los gobernadores para intentar bajar la circulación de personas en todo el país, en Corrientes no se dijo nada de qué hará. Qué debemos hacer los correntinos, seguir circulando como si nada pasara o salir lo justo y necesario.
Estamos ante un rebrote que aún, dicen los expertos, no es la segunda ola, mucho más fuerte que los anteriores del año pasado. De hecho, vemos asombrados como crece de manera rapidísima el nivel de contagios y especialmente en localidades muy pequeñas del interior.
Desde la reunión del Presidente Alberto Fernández con los gobernadores a mediados de la semana pasada, en Corrientes hubo silencio total. Ningún funcionario o autoridad sanitaria oficial habló sobre el toque de queda sanitario dispuesto por el Gobierno Nacional.
La ciudadanía espera coordenadas claras para saber cómo manejarse ante la crisis sanitaria, ahora mucho más profunda, y ante esa necesidad de comunicación e información lo que tenemos es silencio.
No es tiempo de aplicar el silencio es salud. Ya sabemos cómo terminan esas cuestiones que se ponen en el oscurantismo.
Así como se le exige todo el tiempo a la ciudadanía responsabilidad y empatía, lo mismo se aplica a los funcionarios provinciales. Que estén a la altura de la situación y comuniquen como se debe en un tiempo de crisis sanitaria.
Esta semana que pasó asistimos a escenas dantescas de cómo se atendió a la gente en los centros de testeos de la Capital provincial. Bajo el sol y 37 grados de calor, amontonados y con enojo por las malas condiciones de trabajo para el personal sanitario.
Esa medida de reducir la atención en los centros de testeos tampoco fue bien comunicada, no se explicó por qué la reducción. Aunque hay dos posibles explicaciones lógicas: los trabajadores de la salud deben tomarse sus vacaciones o la provincia empezó a tener problemas con el abastecimiento de reactivos para los testeos.
Informar bien y claramente no se agota en dar a conocer los días de pago a la administración pública, ítem claramente importante, pero también se debe tener idéntica dinámica al momento de informar sobre cómo seguir capeando esta pandemia.
Los intendentes, por su parte, en otro encuentro virtual con el Gobernador de la Provincia, expusieron su preocupación y alarma. Ya no tienen casi recursos económicos y materiales para seguir haciendo frente a los controles sanitarios para ingreso a sus localidades, en muchas ellas hay focos de brotes que no tienen a corto plazo posibilidad de que sean controlados.
Esperemos que con el inicio de lo que será la segunda semana de enero, correntinos y correntinas, tengamos un panorama más claro sobre directivas sanitarias.