Por Daniel Caran
Dicen que bramaba el barbado jefe cuando se enteró de la presentación. No era esa la forma, según su idea, y la aparición de la petición para el plebiscito que avale una prórroga de mandatos terminaría siendo un boomerang en las intenciones de Ricardo Colombi y compañía.
Por si fuera poco, sus propios laderos se desdijeron en las posturas, y del “ni pegado ni despegado” de Flinta al “nunca podemos avalar algo que no pensamos” de Vignolo, quedan absolutamente claras las diferencias puertas adentro.
Entonces, la “Mariscal” intencionalidad pretendida terminó siendo un fiasco, que hasta golpeó el buen nombre y grandeza futbolera del recientemente fallecido Roberto Perfumo, quien ostentaba orgullosamente dicho sobrenombre.
Relación futbolera al margen, terminó siendo un “gol en contra” en todo sentido.
A las pretensiones evidentes de algún grupúsculo de “quedar bien con el jefe” se sumó la escasa visión estratégica de plantear tiempos y argumentos sólidos.
En síntesis, el globo de ensayo cayó de un hondazo.
Pero, ¿era la real intención llegar al objetivo absoluto planteado en el texto?... ¿o solo les motiva a los protagonistas del ‘pedido’ plantear ‘el tema’ como ‘tema’, estableciendo una agenda que algunos pretenden esconder aunque sin muchas ganas de hacerlo?.
Para graficar: está claro que algunos esconden el elefante detrás de un árbol.
¿Fue para ayudarlo a Colombi o para perjudicarlo?
¿Se equivocaron o lo hicieron adrede?
“A éstos los mandó la oposición”, habría dicho el mercedeño, cuando se enteró del pedido.