Por Daniel Caran
A diez meses de vivir en pandemia parece increíble el grado de relajamiento, desinterés y hasta ignorancia en determinados grupos de personas. Esta semana que concluimos eso quedó expuesto en la ciudad de Monte Caseros.
Una persona que es responsable y autoridad de un culto religioso no se aisló ni quiso hacerse hisopados para detectar si era covid-19 positivo o no, solamente porque no tenía síntomas. La cuestión es que autoridades comunales y sanitarias detectaron varios contagios en el lugar donde se practican las ceremonias de dicho culto.
Varios interrogantes para este caso, que claro, deben existir mucho más de idéntica naturaleza. Los funcionarios comunales y sanitarios de la localidad debería iniciar acciones legales. Como también algún funcionario judicial debería tomar cartas en el asunto.
Pero no por una cuestión meramente punitiva de castigo, sino como una forma de que todo el andamiaje institucional en contexto pandémico funcione como debe funcionar. No se puede, a esta altura de casi un año de vivir en pandemia, que aún existan personas con determinada responsabilidad y ascendencia en la sociedad que tomen livianamente el riesgo sanitario en el que estamos.
Lo marcamos todo el tiempo, las responsabilidades de las autoridades políticas de quienes conducen el Estado, sea nacional, provincial o municipal. Pero como sociedad, como individuos que integramos la sociedad también tenemos responsabilidades y es la de cuidarnos nosotros mismos y a los demás.
Corrientes y el resto del país iniciaron el año 2021 muy complicado con escaladas de contagios y fallecimientos a raíz del Coronavirus. Todo indica que el resto del verano hasta la llegada del otoño será así. Por eso y mientras se continúe con la campaña de vacunación la otra vacuna es la responsabilidad: aislarse si uno tuvo contacto con casos positivos o cree que son casos positivos para Coronavirus. Someterse a los hisopados de manera aislada en los centros correspondientes y de esa forma también cuidar a nuestros médicos y enfermeros que están exhaustos. Entendamoslo, la pandemia no terminó y aún falta mucho tiempo para que todo regrese a lo que era antes, a nuestra antigua forma de vivir. No solamente en nuestras comunidades, sino en el resto del mundo.
Las fases sí y las fases no
Paso de los Libres y Gobernador Virasoro (desde ayer) están en Fase 3 por disposición del comité de crisis provincial con acuerdo de los respectivos intendentes de esas comunas. Hay que sumar Pueblo Libertador en fase 1 también desde inicios de la semana que pasó.
Cabe la pregunta obligada en la lógica. ¿Y el resto de los municipios? Por ejemplo, la Capital provincial donde se registran casi 200 contagios diarios. ¿Por qué no se toman medidas para intentar bajar el nivel de circulación en el principal distrito de la provincia?
No hay explicaciones de estas decisiones que en determinados casos se toman de una manera expeditiva y en otras se deja avanzar el tiempo como si la situación estuviera controlada.
La idea de bajar la circulación de personas y de esa forma reducir los índices de contagios e internaciones en centros de salud, también es darle un respiro a nuestro limitado sistema sanitario en la provincia.
Por eso los médicos, enfermeros y personal sanitario están alarmados porque no ven medidas que a ellos los cuiden por parte del Estado. La liberación de actividades sociales y económicas es comprensible desde lo económico y social, pero hay que buscar el equilibrio entre uno y lo otro.
Lo que hablé al inicio. La responsabilidad también es una vacuna que salva vidas, en este caso, la responsabilidad de quienes deben tomar decisiones que nos protejan al resto de la comunidad.
Deben hacerlo. Salir de una imaginaria sensación de que el peligro ya pasó.
Buen domingo para todos.