Por Daniel Caran
Los desafíos suelen esconder las formas y las actitudes. Hay veces que es conveniente, para evitar roces indeseables, calmar las aguas a través del silencio, o la mesura. Pero, cuando las cosas avanzan y se tornan irremediables, habrá que ver nomás cómo y cuándo es la pelea.
Por ahora, Camau y Ríos vienen mojándose la oreja, y se deberá analizar hasta qué punto esto favorece o no al peronismo correntino.
Y si bien el ahora legislador nacional viene de perdedor en el último choque electoral, su figura sigue teniendo relieve en la consideración general. Tal vez los cuestionamientos contra Espínola sean más del propio peronismo, que le espeta haber apoyado al macrismo en la cuestión ‘fondos buitre’.
Más avezado en la pelea política, Ríos maneja una estructura partidaria importante, pero a exposición natural de tener un cargo ejecutivo de tamaña trascendencia (el Intendente más importante de la Provincia) se le suma la inesperada pelea con el otro frente de poder (la Provincia) que le retacea apoyo… y fondos.
En ese presente se encuentra el peronismo correntino, que quiere reacomodarse de cara a lo que viene. Y para eso se arman reuniones y encuentros.
La mediatización de las cosas impone que nada pase desapercibido. Ya no existen las reuniones a escondidas como a la vieja usanza. Ahora hay que transparentar todo. Y la cumbre de Saladas de éste sábado dejó en claro que no hay vuelta atrás: se reunieron intendentes y legisladores, con una presencia fuerte (Camau) y una ausencia que ratifica lo que decimos (Ríos).
Están, entonces, ‘mojándose la oreja’.
Las vicisitudes del Intendente capitalino al no recibir un peso de la Provincia ni siquiera fue tema de tratamiento en la tierra de Cabral.
Por eso, cuando empiezan a acomodarse las piezas, es más que claro que lo inevitable ya se torna hasta necesario, para que la interna inconclusa tantas veces analizada en éste y otros espacios, termine siendo el mal necesario para tomar impulso e ir por el poder.
Tal vez, cuanto más pase el tiempo más se agrandarán las diferencias. Ya no hay nada por esconder ni evitar, aunque por ahora se digan cosas desde lejos.
