Por Daniel Caran
Miles de familias correntinas no podrán hoy compartir el día de la madre. Otras sí, una disparidad que vuelve a remarcar y recordar que la pandemia es política. Desde el pasado viernes ocho localidades del interior tomaron sus propias medidas sanitarias, sumadas a otras dos que pedirán a quienes ingresen a sus distritos, que hagan cuarentena por quince días.
Si bien desde el punto de vista sanitario esto debería tener alguna explicación, vuelve a poner en foco cómo gestiona la administración provincial la crisis provocada por el coronavirus. Lo hace de manera ambivalente y por momentos errática. Como un pastor en la pradera que busca sobre su marcha el camino más adecuado. Camina sin mapas, sin planificación.
Apenas fue consultado el último viernes el gobernador Gustavo Valdes, sobre por qué cada intendente tomó una decisión propia y dispar a la política de apertura que viene llevando adelante su administración, respondió escuetamente que en esos municipios no se habilitarán los permisos especiales para circulación con respecto al día de la madre. Luego, como es costumbre no hubo repreguntas y continuó el silencio.
¿No habló el gobernador con los jefes comunales por esas medidas de cerrar los ingresos y egresos de las localidades ante semejante fecha como la de hoy? ¿Cuál es el rol del ministerio de Salud Pública en esas comunas? ¿La cartera sanitaria coordina esos cierres de límites jurisdiccionales con los intendentes?
Y lo más relevante de las preguntas que no se hacen y por ende no hay respuesta. ¿Por qué es tan dispar lo que ocurre en la Capital provincial con respecto al resto de la geografía provincial?
Los picos de casos positivos se mantuvieron durante toda la semana y este sábado rompió la marca de los 2.000 positivos (2.056, acumulados). La actividad comercial y movimiento en el microcentro capitalino fue feroz, entre viernes y sábado, justamente en lo que fue la previa al día de la madre. Algo que al parecer benefició a los alicaídos comercios, una buena noticia en medio de tanta oscuridad.
Preguntas
¿Hay circulación viral de coronavirus en la provincia? ¿Hay circulación viral de coronavirus en Corrientes Capital? “Obvio que hay”, dijo en léxico adolescente el ministro Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo, el martes pasado y amortiguó su revelación al asegurar que los nexos de contagios no se perdieron. Algo realmente extraordinario de ser así porque ni los países más desarrollados pudieron mantener ese nivel de gestión a lo largo de la pandemia. Cuantos más contagios hay, menos es la capacidad operativa y logística de seguir el rastro viral.
Horas después de las apreciaciones del funcionario tanto el gobernador como el ministro de Salud, Ricardo Cardozo, dijeron que no hay circulación viral. Algo que lo reitera el comité de crisis (integrado por reconocidos médicos) desde hace meses.
Entonces, más preguntas: ¿Es pura equivocación lo de Vignolo? ¿Una mala pasada en la costumbre de monologar en medios radiales a fines? ¿Hay ocultamiento de información por parte de la administración provincial en cómo se gestiona la crisis sanitaria? ¿Por qué no se comunica con claridad a la ciudadanía?
En el imaginario correntino capitalino está instalada la idea de que sí hay circulación viral. Especialmente con focos de contagios en diferentes sedes de la administración pública: IPS, Invico, sólo por mencionar dos como ejemplo. Habría que sumar dependencias judiciales y comisarías.
Otra particularidad de los modos en que se maneja el Gobierno radical ¿aún de Cambiemos? es anunciar que hará anuncios. La semana que pasó, horas después de las declaraciones de Vignolo, la administración radical filtró por el gran espinel de medios de comunicación con los que dispone, que mañana el gobernador Valdés daría una conferencia de prensa para brindar un nuevo informe sobre cómo gestiona la crisis sanitaria. “Cuando haya que informar algo lo informaremos”, dijo este viernes el mandatario provincial poniendo más suspenso a las preguntas que aquí se hacen. Mañana no habrá conferencia o anuncio alguno al respecto.
Se necesita claridad y respecto a la comunidad. La información no es mera propaganda proselitista o de gestión o pautas publicitarias con la cual tener a rienda corta a los medios. La información y la comunicación, mucho más en un contexto de pandemia es un derecho que tiene la ciudadanía. Y una obligación de quienes administran circunstancialmente el Estado.
También es obligación de los medios de comunicación de comprometerse más con su función: indagar, preguntar e investigar si se están haciendo bien las cosas.
La oposición política al oficialismo debería, a su vez, involucrarse más. Abandonar esa postura cómoda y pasiva del derrotismo. No se pide mucho. Ser más claros y honestos en un contexto complicado que no se sabe hasta cuándo continuará.
A quienes pudieron trasladarse en la provincia y visitar a sus madres, que tengan un bello domingo.
