Por Daniel Caran
Es costumbre para Ricardo Colombi eso de pedir y pedir. Total, por experiencias pasadas, está claro que tiene éxito en su postura. A pesar de reproches ajenos.
“En el Senado se deben cumplir los acuerdos de diciembre. El jueves van a sesionar”, dijo hoy, llamando la atención a los legisladores.
“Es fundamental para el país que se apruebe el acuerdo con bonistas”, también agregó, marcando ‘tendencia’ a lo que se debatirá en las próximas horas en el Congreso.
Además reiteró que presentó su queja ante Nación por la tarifa energética, pidiendo tarifas diferenciales.
Y como si fuera poco apuntó contra Cemborain: “cree que es capataz de una estancia”
Ahora bien, al momento de recibir reproches, sus reclamos y pedidos se transforman en enojos.
Ante quejas puntuales de policías retirados, no ahorró críticas: “que se manifiesten… pero no tienen derechos. A los 44 años se retiran y hay que replantear muchas cuestiones. Que se sigan quejando, porque no tienen razón”
Así las cosas, la historia se repite de manera contundente con malas costumbres que comienzan a observarse, de manera lamentable, como hechos diarios que solo alimentan el odio, el desencuentro.
¿Hay necesidad de ese destrato hacia los policías retirados?. Y aunque es “mucho pedir”, ¿aprenderá alguna vez el Gobernador a medir sus palabras evitando roces innecesarios e imprudentes?.
¿Cuántas veces deberá lidiar, en su pretendida intención de seguir formando parte de la estructura máxima del poder, con puntos de vista diferente, con reclamos entendibles, con gente que pretende algo distinto a lo que él pretende desde su perspectiva personal?.
Se insiste. Es mucho pedir.
El mensaje para los policías retirados, tiene mucho de sinceridad en la personalidad de Colombi: “que se sigan quejando”.