Por Daniel Caran
Formalmente inició el año político en la provincia. El pasado martes 1 de marzo con el discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura, el gobernador concretó su primer informe de gestión para lo que es el comienzo de su segundo mandato.
Algunos apuntes quedaron de ese mensaje corto y vacío y en el que el mandatario provincial demoró 40 minutos en utilizar la palabra incendio. Vaya detalle. Los correntinos nos quedamos con ganas de saber qué hará el Poder Ejecutivo de nuestra provincia para hacer frente a nuevos eventos como los ocurridos entre diciembre y febrero pasado, aún más sabiendo que la sequía que viene desde hace dos años, seguirá en toda la región.
La semana pasada se activaron varios focos ígneos en el interior, uno incluso en los Esteros del Iberá, botón de muestra que nada terminó definitivamente. No hubo anuncios de proyección de inversiones, al menos inmediatas como para estar preparados ante contingencias en el otoño que se nos aproxima. Con semejante catástrofe que aún padecemos, la provincia de Corrientes seguirá sin tener aviones y helicópteros hidrantes, sin equipar a los cuerpos de bomberos que son la primera línea de defensa y contención al fuego.
Deberá el gobernador seguir pidiendo prestado a otras provincias. Será Corrientes una provincia que se acostumbrará a vivir de prestado ? Seguirá Valdés sobreactuando que el Estado nacional no le envía recursos para atender estos fenómenos claramente previsibles? Cuando lo escuchaba al señor gobernador recordé las declaraciones muy acertadas en todo este drama. Las hizo un integrante de su alianza gobernante (Encuentro por Corrientes).
“Las provincias deben estar preparadas, no se puede depender todo el tiempo de la Nación”. Fue Jorge Vara, ex Ministro de Producción de la provincia y Diputado Nacional. Productor arrocero. En estas apreciaciones está la clave y lo vimos con los equipos enviados por otras provincias, incluso, las vecinas mostrándonos que cuentan con todo para hacer frente a los focos ígneos cuando se detectan o al menos contenerlos.
De terminarse el fuego y ojalá así sea, aunque las previsiones indican lo contrario, la provincia debe enfrentar la segunda etapa de esta tragedia ecológica. El impacto en nuestra economía primaria. Corrientes carece de industrialización, adolece de empleo y mano de obra calificada. La cría de ganado y la forestación son sus pilares económicos. También el arroz, afectado en más de un millón de hectáreas que ahora se convirtieron en cenizas. Entonces, cómo no sentirse absorto por no escuchar ni saber qué se hará en caso de nuevos incendios.
Lo vuelvo a plantear una vez más, es necesario que los legisladores de la oposición y la dirigencia en general ejerzan el rol para el que fueron electos. Ser una oposición seria, activa, a pura fiscalización en tiempos donde la solidaridad del Estado Nacional y la sociedad argentina hacen un aporte millonario. Lamentablemente estamos a merced de la providencia: lluvia para aplacar incendios y que la sequía cese para evitar nuevos eventos como los ocurridos este verano. Se comprobó una vez más que nuestros representantes viven, al parecer, en realidades virtuales y a la espera de lo prestado.