Por Fabián Restivo
Finalmente en Uruguay ganó el Frente Amplio. Y en varias partes de la Provincia de Buenos Aires hubo fiesta, teniendo en cuenta que en la provincia viven alrededor de cien mil uruguayos, que una vez más viajaron a votar y esperaron de este lado del Rio de la Plata, el resultado de las elecciones.
La noticia de todo este tiempo electoral fue, sin dudas, el Pepe Mujica, así, con el articulo antes del nombre y muchas veces prescindiendo del apellido. Cuando se dice “el Pepe” o “el viejo” es sabido que se habla del (entre otras cosas) ex presidente de Uruguay, José Mujica Cordano. La segunda noticia es que en ese país “de viejos” casi asombraron las edades de los candidatos, desde el propio presidente electo, de cincuenta y siete años, Yamandú Orsi, hasta la muy joven Gabriela Fallini, de veintisiete años, pasando por Alejandro “Pacha” Sánchez, de cuarenta y cuatro.
El bloque del MPP sigue siendo el integrante más fuerte del Frente Amplio, donde no solo milita el Pepe, sino que tanto Pacha como Orsi, son las figuras sobresalientes de la nueva generación, en un país donde los partidos no solo son fundamentales, sino que la posibilidad de que aparezca un outsider son nulas. Los arraigos de la cuestión social en Uruguay está íntimamente ligada a los partidos políticos, su historia y sus propuestas.
El 29 de abril pasado, el Pepe daba una noticia en primera persona:” resultado de unos estudios, sabemos que tengo un tumor en el esófago que me tiene muy comprometido, y como desde hace veinte años tengo una enfermedad autoinmune, la posibilidad de hacer quimio es remota o por lo menos compleja. La parca hace años que me viene rondando el catre, pero ahora me anda pastoreando. Creo que esta vez viene con la guadaña en ristre. Yo voy a seguir militado con los compañeros. No se cambia de matungo al final del río. Ahora solo quiero transmitirles a los jóvenes que la vida es hermosa y que hay que levantarse cada vez que se cae. Los desafíos lo tienen las nuevas generaciones.”
Una enfermedad inmunológica, más una insuficiencia renal (ambas de más de quince años) lo dejaron afuera de algunos tratamientos. Pero no de la pelea política. Lucia Topolansky, ex vicepresidenta de Uruguay y esposa de Pepe Mujica diría unos días después, que se decidió anunciarlo para evitar rumores.
En el circulo intimo del Pepe, los comentarios eran que “el viejo está puteando porque quiere comer carne y no puede, entonces se pasa el día en reuniones por la campaña o arriba del tractor”. Definitivamente hace tiempo que Mujica viene planteando que es hora de que los militantes jóvenes toman las riendas del Frente Amplio “y los viejos quedemos para, si los piden, dar algunos consejos y no andar rompiendo las pelotas. Las nuevas generaciones tienen que foguearse ¿van a hacer cagadas? Claro que sí. Pero tienen que hacer cagadas nuevas, no repetir las nuestras. Los nuevos tienen que superarnos con ventajas, que es la experiencia que podemos aportarles, pero ellos tienen que avanzar con las herramientas que fueron logrando”.
En estos meses mientras lo veíamos deteriorarse a un ritmo acelerado, dijo que se daba por bien pagado “si llego vivo para ver al Frente gobernando de nuevo. Con eso ya estoy” y así y todo no perdió la oportunidad para, sin hablar de él, apoyar la campaña yendo a un par de actos y responderle, a veces de buena manera y otras no tanto, al partido que pelearía la segunda vuelta contra en Frente Amplio: el Partido Blanco.
Finalmente la batalla electoral se vio en la calle, cuerpo a cuerpo, empujada por una gran cantidad de jóvenes que hablaban con la gente, o que golpeaban puertas para explicar la situación de Uruguay y contar las propuestas del Frente. O sea, los jóvenes tomaron cartas en el asunto y el Pepe lo sabía y estuvo contento con eso. Las primeras líneas de candidatos, todos jóvenes, se convirtieron en la segunda línea de movilización de la militancia, o sea, atrás y reforzando al candidato que había ganado la interna donde habían participado el Movimiento de Participación Popular, la Asamblea Uruguay, el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Partido Demócrata Cristiano, la Alianza Progresista, la Vertiente Artiguista, el Nuevo Espacio, Claveles Rojos, el Partido por la Victoria del Pueblo, el Partido Obrero Revolucionario, el Partido Socialista de los Trabajadores (ex-PRT), entre otros grupos de izquierda y sub lemas. Muchos de esos militantes viven y militan en y desde la Provincia de Buenos Aires, preocupados por la relación entre la Provincia y el gobierno de Uruguay.
Con las urnas revisadas y los votos ya contados, se dice que el gabinete de gobierno tendrá una mayoría de jóvenes, con algunos consejeros, tal y como el Pepe se lo había comentado al nuevo presidente electo de Uruguay, teniendo en cuenta dos datos: ambos son del MPP y ambos son “canarios”, o sea, oriundos de Canelones. El mismo Pepe que nunca bajó los brazos ni la voz, así fuera para decir que “es la primera vez, en los últimos cuarenta años, que no participo en una campaña electoral, echando el resto, porque estoy peleando con la muerte. Pero vengo porque tengo fresco el recuerdo la primera mateada con unos veintipico, en La Teja, hace cuarenta años, y ahora ustedes son multitud. Está Yamandú, está el Pacha y hay otros brazos jóvenes que esperan por la lucha y que van a vivir un cambio en el mundo que no ha vivido la humanidad” y lo dijo con cada uno de ellos sentados a su lado. La doctora estaba en bambalinas mientras el Pepe seguía batiendo el parche con la importancia del ingreso de los jóvenes a las primeras líneas de la educación, la ciencia y la política, y con su frase favorita: “ El buen dirigente tiene que dejar una barra que lo supere son ventaja”.
Así que así cambiará Uruguay, o como se diría por aquí: enfrente hay nuevas canciones.