Una entrenadora, oriunda de Corrientes, fue denunciada por estafar a más de 20 personas en la cuidad de Rosario, provincia de Santa Fe.
Según contó uno de los denunciantes, los damnificados estiman un perjuicio que supera el millón de pesos que Griselda Elisa A. fue recibiendo de distintas personas con distintas excusas, desde la posibilidad de obtener becas hasta la necesidad de realizar viajes en el marco de una supuesta escuela de fútbol que la mujer había iniciado en la ciudad bajo el nombre de Sport Point e invocando contactos con entrenadores argentinos.
La denuncia, que seguramente será ampliada, fue ingresada el viernes por el sistema online de la Fiscalía Regional Rosario ya que los damnificados no pudieron hacerlo en forma presencial.
Uno de ellos es precisamente el dueño del hostel Point, Leandro Gabenara, quien empezó por aclarar que no tiene nada que ver con la escuela que Griselda armó desde la habitación que le alquilaba en su comercio, de donde hace una semana la mujer se esfumó dejando cuentas sin pagar.
En diálogo el diario La Capital de Rosario, Gabenara recordó que Griselda apareció en su hostel a mediados de marzo, días antes de que se decretara la cuarentena por la cual se tuvo que quedar obligadamente en el hospejade de Catamarca al 1800.
Al presentarse, contó el comerciante, la mujer le comento que “era técnica y preparadora física de fútbol, y que “trabajaba con la lista 26 de Ricardo Caruso Lombardi en la Asociación de Técnicos de Fútbol Argentino”, recordó Gabenara.
Viejos trucos
La denuncia contra Griselda A. no tiene, en rigor, relación específica con la escuela que ella dijo estar montando.
“Si bien tomaba empleados a los no les pagó, ella iba sacando plata a la gente de distinto modo. A alguien le pidió prestado para pagar unos pasajes porque tenía que ir a buscar jugadores a Colombia pero nunca fue. A otros les pidió para pagar unos sellados y aprovechar unos descuentos en una casa de electrodomésticos. También pedía plata para sellados a gente a la que les ofreció becas”, enumeró Gabenara.
Según consta en la denuncia, las falsas promesas eran la base de los engaños que, podrían llegar a redituarle montos en pesos o en dólares. Por ejemplo, conseguir un viaje gratis pero por el que había que pagar un seguro en dólares. También le requería billetes verdes a personas a las que les ofrecía integrar supuestos fondos de inversión bajo promesa de triplicar las ganancias.
Y también préstamos para la compra de indumentaria o alimentos que prometía devolver firmando pagarés que luego no cancelaba bajo excusas que resultaron falsas.
Incluso figura, entre el repertorio denunciado, “el uso y abuso del inmueble y del nombre comercial” del hostel donde Griselda A. se alojó durante su estadía en la ciudad, hasta el martes pasado cuando “explotó la burbuja que venía manteniendo”, sostuvo Gabenara.
“Hace poco fue a Jujuy a buscar a dos jugadores, dos chicos. Y justo empezamos a ver que le debía plata a todos, incluso a mí. Por esos días se peleó con su secretaria, que llevaba tres meses sin cobrar. Entonces esta chica se dio cuenta de que todo era mentira y empezamos a ver que le debía plata a un montón de personas, y no sólo de Rosario”, dijo.
Al respecto, basta con poner en Google el nombre de Griselda Elisa A. y pueden aparecer historias similares en redes sociales.
“La escuelita Esperanza Positiva es todo una fachada una mentira solo se dedican a jugar con la gente que trabaja ahi y lo peor de todo que juegan con la ilusión de los chicos”, escrachó una mujer vía Facebook en julio del año pasado en una localidad de la provincia de Buenos Aires.
También en otra página un hombre la acusó en diciembre pasado de “estafadora profesional” y de haberle “robado 45 mil dólares”.
Y como suele suceder en estos casos, según la denuncia, “cabe destacar la constante manipulación, maltrato, denigración, humillación, amenazas, calumnias e injurias que la denunciada profería hacia las personas afectadas” por esos engaños.
Yo estuve un mes trabajando sin cobrar, acotó Pablo Teglia, pero hubo personas a la que les hizo cosas mucho peores. A una muchacha que limpiaba le sacó cinco mil pesos, a otro hombre le pidió 2.300 dólares”. *Con información de La Capital