Cuando todo apunta con certeza que, necesariamente, Corrientes renovará todas sus autoridades el año que viene. Desde las usinas oficiales salieron nuevamente a impulsar una descabellada elección eterna de Horacio Ricardo Colombi. “La reforma y la candidatura de Ricardo no está caída”, se escuchó. Cuando en más de una oportunidad en sus discursos formales, reflexiones y homilías, la máxima autoridad de nuestra Iglesia sentenció que la sociedad correntina necesita prioritariamente de muchas otras cosas vinculadas al bienestar general y la paz social, que una caprichosa y amañada reforma constitucional que lleva en sus entrañas una escondida perpetuidad en un cargo tan institucional como necesariamente oxigenable con cada renovación.
Sino es imposible hablar de democracia.
Mucho menos con lo sucedido hace pocas horas en el vacío que le hicieron al “Encuentro de Espiritualidad y Reflexión”, convocado por el Arzobispo de Corrientes que a excepción de cuatro o cinco políticos “coherentes”, tuvo nula respuesta debido a que realmente no fue nadie del arco político provincial. Lo que es peor porque prefirieron quedarse en sus casas viendo el fiasco de la selección de fútbol por televisión. Un magro partido de fútbol fue más importante que recibir la palabra de Monseñor.
Contabilizando los tres poderes del estado, entre gobernadores, ministros, autoridades superiores, legisladores, concejales y funcionarios de todos los ámbitos, debería haber habido más de seiscientos políticos escuchando al santafesino Stanovnik. Nada menos.
Pero en el reino de la hipocresía está visto que solo se es “altamente religiosos” cuando se trata de aprovechar los feriados patronales y no trabajar, vacacionar. Orar, reflexionar solo para la foto o el reportaje ante una multitud. En cuanta procesión popular se participa con el único objetivo de pescar devotos que puedan acercar réditos políticos en su debido momento.
A nadie del arco político correntino le importó el “Encuentro de Espiritualidad y Reflexión”, algo que indisimuladamente enojó al Arzobispo de Corrientes. A quién continúan desairando en su conocida proclama pública “anti-reeleccionista” y desoyen su clamor social defendiendo a los correntinos que necesitan respuestas básicas vinculadas al estómago a través de mejores salarios –por ejemplo- y no presenciar a un emperador moderno dispuesto a quemar todo, antes que dejar el sillón en manos del enemigo. Aunque ese enemigo sea parte de su propia tropa. Es la cruda realidad. Suena como una palabra santa. Solo hay que saber escucharla. Monseñor sigue esperando.
