La provincia del Chaco comienza la tercera etapa de la desescalada, diseñada dentro de la jurisdicción, pero con los condimentos que representa el último anuncio del presidente Alberto Fernández, especialmente en lo relación a la posibilidad de encuentros sociales en grupos de 10 personas en lugares abiertos. Datos del fin de semana revelan que los casos en la provincia ingresaron en una meseta alta, un símil de lo que ocurre a nivel nacional. Lo que debe preocupar es que el subregistro normal de los fines de semana, en el Chaco tomaron la dirección contraria.
La provincia mostró uno de las cifras más altas. El desempeño de la semana que viene podría ser clave. Si los números siguen estabilizados, pero arriba o peor, se incrementan, pondrían signos de interrogación sobre el futuro mediato.
Las estadísticas de la provincia no son malas. Mucho mejores si se los compara con otros distritos. El Chaco que fue durante los primeros 100 días de cuarentena la tercera jurisdicción más complicada, siguiendo a CABA y la Provincia de Buenos Aires, fue superado por otras provincias más grandes, como Santa Fe, Córdoba o Mendoza, pero también por la castigada Jujuy o Río Negro.
Corrientes se debate en frenar su propia desescalada, algo que el Chaco en condiciones más comprometidas que la vecina provincia no se discute. No sólo eso, una manifestación de vecinos chaqueños con segundas casas en Paso de la Patria ingresó a la capital correntina reclamando no sólo que se les permita cruzar el puente con mayor flexibilidad, también que no tengan que obligatoriamente pagarse un hisopado costoso para afrontarlo particularmente. Los malloneros están reclamando igualdad a sus colegas del otro lado de la orilla y poder pescar más de tres veces por semana.
¿Acaso los chaqueños no estamos comprendiendo lo que está en riesgo? Tanto el gobierno nacional, como el provincial, parece haber ingresado a una nueva concepción del cuadro. Alberto Fernández habló anoche sobre la apertura de bares en la Ciudad de Buenos Aires. “Yo hubiera esperado” afirmó, pero está claro que no quiere contradecir a Horacio Rodríguez Larreta. O, fundamentalmente, a los vecinos y comerciantes de CABA.
En Resistencia los bares están funcionando desde hace dos semanas. Ya no solamente con mesas en la vereda sino también en su interior. La desescalada tiene sus costos. Por desconocimiento, indiferencia o necesidad, la gente está dispuesta a pagarla. La política lo comprendió. El paradigma fue mutando mucho más rápido que el virus. La cuestión de la salud no puede despegarse de la economía, menos ahora que está rebotando desde que comenzó a caer en picada en abril.
Ese rebote es el que está demandando ahora en la forma de gremios solicitando recomposición. El más complicado es el sector de la salud que ha comenzado a planteárselo al presidente Alberto Fernández. En el Chaco la situación no es distinta. Los principales gremios estatales están esperando una propuesta. El sector privado empezó a cerrar acuerdos en paritaria.
El Congreso se apresta a plantear el impuesto a las grandes fortunas. Hay resistencia. Los medios de comunicación que responden a los sectores corporativos ya se lanzaron a operar en contra. Amenazas de desinversión. Como si hubiera inversión. Al contrario, por no haberla el Estado está dispuesto a forzarla.
El gobierno nacional parece endurecerse y recostarse sobre su electorado. La disputa no está cerrada. La votación en el Senado de la reforma judicial mostró sin embargo que la grieta no detiene las iniciativas a las que se comprometió el Frente de Todos en campaña. Falta saber cuánto de presión está dispuesto a soportar el oficialismo en la Cámara de Diputados.
La sanción de la reforma judicial que habilitaría nuevos tribunales federales en el Chaco podría transformarse en el preludio del trámite parlamentario del aporte extraordinario que tendrán que hacer las grandes fortunas. Las presiones serán prácticamente las mismas. Saltar esos dos obstáculos, más algunos elementos que están a corto alcance. El acuerdo con los acreedores del país y el Fondo Monetario Internacional y la llegada de la vacuna que le ponga coto a la pandemia.
Este fin de semana Salud Pública informó que estará para abril. El ministro Ginés González García dijo que comenzará a producirse aún antes de que esté terminados los estudios de fase tres.
Se habrá completado un año de la llegada de la pandemia a la Argentina y particularmente al Chaco. Falta saber si estamos dispuestos a esperar o a empeorar las cosas. Los números de la semana que empieza darán una pista.