Una becaria de la Facultad de Humanidades mapeó los cambios en el uso de la tierra entre 2002 y 2022 en la periferia norte de Resistencia. El estudio destaca la conversión de campos en nuevos barrios y analiza el fenómeno de la "turistificación".
Una investigación reveló cambios significativos en el uso de la tierra en las afueras del Gran Resistencia (Chaco) entre 2002 y 2022. El estudio, mostró cómo la expansión urbana está transformando la periferia norte de la ciudad. Según este trabajo, en los últimos 20 años, zonas antes rurales se han ido urbanizando de forma dispersa.
La investigación pertenece a la becaria Marcela Soledad Zalazar, estudiante y docente de la Facultad de Humanidades de la UNNE, gracias a una beca de iniciación de la Secretaría General de CyT.
El área estudiada abarca 1,476 hectáreas al norte del Gran Resistencia, incluyendo los municipios de Colonia Benítez, Margarita Belén y Puerto Tirol. Usando imágenes satelitales y visitas al lugar, la becaria pudo comprobar cómo el paisaje ha cambiado.
La investigación lleva el título de “La expansión urbana discontinua en la Periferia del Gran Resistencia de la Provincia de Chaco, en el período 2002 – 2022: intensificación del proceso, nuevas imágenes urbanas y sus consecuencias”. La becaria contó con la orientación y asesoramiento de la doctora Mirta Liliana Ramírez, el magister Miguel Alejandro Parras y el especialista Néstor Eduardo Puig, docentes investigadores miembros del Instituto de Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNNE.
Entre los cambios más notables están: un aumento de casas y residencias y el consecuente proceso de urbanización, lo que marca una tendencia de expansión del ejido urbano hacia el campo. Según el trabajo, este crecimiento se da sobre todo cerca de las rutas principales.
El objetivo principal de este trabajo ha sido el de analizar cómo se está usando la tierra para viviendas y turismo en esta zona, comparando la situación entre 2002 y 2022. En una próxima etapa, se analizará qué impacto tienen estos cambios.
Para entender mejor el contexto, la becaria explica que en las últimas décadas las ciudades y regiones de todo el mundo están cambiando rápidamente. Estos cambios no siguen un patrón único y pueden ser contradictorios.
En el caso del Gran Resistencia, la gente busca satisfacer nuevas “necesidades”, como tener una casa en un lugar tranquilo fuera de la ciudad. Esto está cambiando el paisaje, convirtiendo campos en barrios nuevos, cerrados y privados. Estos cambios no son naturales, sino que responden a las acciones de diferentes actores sociales que van moldeando cómo se usa la tierra y cómo crece la ciudad.
El proceso de expansión urbana impacta directamente sobre los usos de la tierra y los cambios que se producen en la actualidad. Las ciudades se caracterizan por presentar patrones de usos del suelo complejos, debido a la diversidad o mezcla de actividades humanas, económicas, sociales y de servicios.
En las zonas periféricas se advierte el denominado fenómeno de turistificación que en la actualidad comienza a acentuarse cada vez más, acompañado de grupos poblacionales que buscan o desean “alejarse” del mundo convulsionado en que se vive en las grandes ciudades.
Para hacer este estudio, la becaria utilizó diferentes métodos. Analizó imágenes satelitales para observar cómo cambió el paisaje entre 2002 y 2022. También visitó la zona varias veces para comprobar los cambios y obtener imágenes. Además, entrevistó a personas para conocer su opinión sobre estos cambios.
Con toda esta información, confeccionó mapas que muestran cómo ha cambiado el uso de la tierra en estos 20 años. Estos mapas permiten ver de forma clara dónde se han construido más casas, dónde hay nuevos caminos, y qué zonas siguen siendo rurales.
Este estudio es importante porque ayuda a entender cómo está creciendo la ciudad de Resistencia. Es una herramienta para las autoridades y los vecinos que les ayudará a entender el proceso y a planificar el futuro.
La investigación muestra que el crecimiento de las ciudades es el resultado de decisiones de muchos actores y grupos. Puede ser armónico, en la medida de que exista un equilibrio consensuado entre el desarrollo urbano y la preservación del ambiente.