El demócrata juró como el 46° jefe de Estado en la historia del país. Hizo un llamado a la unidad y contra el supremacismo blanco.
Joe Biden asumió como presidente de Estados Unidos con un discurso de unidad nacional, reconciliación y esperanza; mientras su vicepresidenta, Kamala Harris se convirtió en la primera mujer negra y de ascendencia asiática en ocupar ese cargo en una ceremonia de investidura marcada por el recuerdo aún vivo del ataque al Capitolio y la ausencia del exmandatario Donald Trump.
"Este es el día de la democracia, un día histórico y de esperanza, de renovación y determinación. Estados Unidos fue puesto a prueba y demostró su resiliencia. Hoy celebramos el triunfo, no de un candidato, sino de una causa, la causa de la democracia", aseguró Biden en su discurso de inauguración de su mandato.
"La voluntad del pueblo fue escuchada y la voluntad del pueblo fue tenida en cuenta. Aprendimos que la democracia es preciosa. La democracia es frágil y, hoy amigos, la democracia prevaleció", agregó.
Biden, quien pidió tolerancia y decencia y agradeció la presencia de dirigentes de la oposición republicana, prometió que avanzará "con rapidez y urgencia" para enfrentar las crisis que enfrentan los estadounidenses, principalmente la pandemia, que ya mató a más de 400.000 personas, y el derrumbe económica que ésta provocó.
El flamante mandatario también prometió "reparar las alianzas" de Estados Unidos en el mundo "para enfrentar los desafíos de hoy y mañana".
La ceremonia de investidura presidencial comenzó con un discurso de la senadora Amy Klobuchar que apuntó directamente al clima de tensión política que vive Estados Unidos, en un Capitolio decorado con las banderas nacionales y frente a los principales dirigentes del país.
"Cuando una turba irrumpió en este templo de la democracia, fue un despertar para muchos de nosotros", aseguró la senadora y exprecandidata presidencial, Klobuchar, mientras comenzaba a nevar. "Este es el día en que nuestra democracia se levanta, se saca el polvo y hace lo que Estados Unidos ha hecho siempre: avanzar como una nación bajo un Dios indivisible, con libertad y justicia para todos".
Poco después, la cantante Lady Gaga, una de las artistas del país que apoyó con actos y conciertos a Biden en la campaña, tomó el micrófono y cantó el himno nacional. Poco después cantó Jennifer López, otra simpatizante de la fórmula demócrata.
Entre los dirigentes presentes se destacaron los expresidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush con sus respectivas parejas, Michelle Obama, la excandidata presidencial Hillary Clinton y Laura Bush; el vicepresidente saliente, Mike Pence, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell y el senador demócrata y exprecandidato presidencial, Bernie Sanders.
También estuvieron en primera línea los nueve jueces de la Corte Suprema de mayoría conservadora y los legisladores de ambas cámaras.
Mientras los invitados aún estaban llegando, Biden y su esposa Jill, y la futura vicepresidenta, la exsenadora Kamala Harris, y su esposo, Doug Emhoff, llegaron y fueron recibidos con todos los honores, según mostró CNN, mientras avanzaban por las escalinatas del edificio, completamente blindado y aislado del resto de la capital por el mayor despliegue de fuerzas de seguridad que haya visto el país en la historia de las asunciones presidenciales.
Pese a no contar con público masivo o festejos en las calles, la ceremonia estuvo llena de simbolismos.
La vicepresidenta electa Harris no solo decidió vestirse con ropa de los diseñadores negros, Christopher John Rogers, de Nueva York, y Sergio Hudson, de Carolina del Sur; sino que fue escoltada en el inicio de la ceremonia de investidura por Eugene Goodman, uno de los oficiales de la Policía del Capitolio que lideró la salida de los simpatizantes de Trump hace dos semanas.
Biden, en tanto, juró con la misma biblia familiar que usó para su asunción como vicepresidente en 2009 y 2013, y eligió hacer público un mensaje a su esposa Jill, apenas minutos antes del inicio de la ceremonia.
"Te amo, Jilly, y no podría estar más agradecido de tenerte conmigo en este camino que tenemos por delante", tuiteó el mandatario electo junto con una imagen de los dos tomándose de la mano.
Trump dejó la Casa Blanca
El presidente republicano Donald Trump dejó Washington antes que Biden tome juramento como el presidente número 46 de Estados Unidos para asumir el timón de un país acosado por profundas divisiones políticas y azotado por una agresiva pandemia de coronavirus.
Trump dejó la Casa Blanca con su esposa Melania apenas después de las 8 de la mañana hora local (1300 GMT) en un helicóptero camino a un evento de despedida en la base Andrews de la Fuerza Aérea, donde dijo a sus seguidores "volveremos de alguna forma" y mencionó los logros de su administración antes de volar a Florida.
En el sitio no había republicanos de alto perfil, incluyendo el vicepresidente Mike Pence, para despedir al mandatario.
Biden arribó al Capitolio poco después de las 1030 hora local (1530 GMT) tras una visita a la iglesia, donde se encontró con los líderes republicanos del Senado y la Cámara de Representantes, Mitch McConnell y Kevin McCarthy.
El rechazo del presidente a saludar a su sucesor antes de la asunción del cargo representa un quiebre con más de un siglo y medio de una tradición política, que es considerada como una manera de ratificar el carácter pacífico de la entrega del poder.
El presidente, sin embargo, dejó una nota para Biden en el Salón Oval, según un funcionario de la Casa Blanca, pese a que aún no se sabe qué es lo que dice.
Con sólo un pequeño número de asistentes presentes, el demócrata prestará juramento ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, poco después del mediodía (1700 GMT), colocando su mano sobre una Biblia antigua que ha estado en la familia Biden durante más de un siglo.
Su compañera de fórmula, Kamala Harris, hija de inmigrantes de Jamaica e India, será la primera persona negra, la primera mujer y la primera estadounidense de origen asiático en ocupar la vicepresidencia tras ser investida por la jueza Sonia Sotomayor, la primera integrante de origen latino de la Corte Suprema.
La ceremonia se desarrollará frente a un Capitolio fortificado tras el asalto de una turba de seguidores de Trump hace dos semanas, alentados por afirmaciones sin pruebas de que la elección de noviembre le fue robada. La violencia, que dejó cinco muertos, llevó a la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, a votar por una impugnación a Trump, la segunda en su mandato.
Miles de soldados de la Guardia Nacional estaban el miércoles desplegados en torno al Capitolio, donde el alambre de púas coronaba las vallas altas. Tanto invitados como miembros de la prensa pasaron por múltiples puntos de control. El acceso estaba estrictamente limitado y requería una prueba COVID-19 realizada por el Gobierno.
El expresidente Barack Obama y su esposa, Michelle, llegaron alrededor de las 10 de la mañana. Se esperaba que asistieran los expresidentes George W. Bush y Bill Clinton, así como el vicepresidente Mike Pence y otros importantes líderes republicanos.
En lugar de una multitud de espectadores, la Explanada Nacional estará cubierta por casi 200.000 banderas y 56 pilares de luz que representan a personas de los estados y territorios de Estados Unidos.
Biden, quien ha prometido "restaurar el alma de Estados Unidos", pedirá en su discurso inaugural la unidad estadounidense en un momento de crisis, según asesores.
Perderá poco tiempo tratando de pasar página sobre la era Trump, dijeron los asesores, firmando una serie de 15 acciones ejecutivas en su primer día en el cargo sobre temas que van desde la pandemia hasta la economía y el cambio climático.
Las órdenes incluirán mascarillas obligatorias en las propiedades federales, volver a unirse al acuerdo de París y poner fin a algunas prohibiciones de viaje a países con mayoría musulmana.
Se espera que Pence, los ex presidentes George W. Bush, Barack Obama y Bill Clinton, y tanto McCarthy como McConnell asistan a la ceremonia.
Trump, quien se ha ido aislando más en los últimos días de mandato, no ha reconocido formalmente aún el resultado de la elección del 3 de noviembre.
En sus comentarios finales como presidente el miércoles, Trump enumeró sus éxitos, incluido el "milagro médico" que produjo una vacuna contra el coronavirus en menos de un año, y dijo que ocupar la presidencia fue su "mayor honor". No mencionó a Biden por su nombre.
"Que tengan una buena vida, nos veremos pronto", dijo Trump antes de abordar el Air Force One para dirigirse a su club Mar-a-Lago en Florida.
El mandatario emitió más de 140 indultos y conmutaciones en sus últimas horas en el cargo, incluido un indulto para su exasesor político, Steve Bannon, quien se declaró inocente de los cargos de estafar a partidarios de Trump como parte de un esfuerzo por recaudar fondos privados para un muro fronterizo de México.
Pero Trump no emitió indultos preventivos para él o los miembros de su familia, luego de especulaciones en torno a que podría hacerlo.
La toma de posesión de Biden es el cenit de una carrera de cinco décadas en el servicio público que incluyó más de tres décadas en el Senado de Estados Unidos y dos mandatos como vicepresidente bajo el expresidente Barack Obama.
Pero enfrenta crisis superpuestas que desafiarán incluso a alguien con su experiencia política.
La pandemia en Estados Unidos alcanzó un par de hitos sombríos en el último día completo de Trump en el cargo el martes, llegando a 400.000 muertes y 24 millones de infectados, la cifra más alta de cualquier país. Millones de estadounidenses están sin trabajo debido a cierres y restricciones relacionados con la pandemia.
Biden se ha comprometido a poner todo el peso del gobierno federal en la crisis. Su principal prioridad es un plan de 1,9 billones de dólares que mejoraría los beneficios por desempleo y proporcionaría pagos directos en efectivo a los hogares.
El monto requerirá la aprobación de un Congreso profundamente dividido, donde los demócratas tendrán escasas ventajas tanto en la Cámara como en el Senado.
Las medidas ejecutivas del miércoles, por el contrario, están destinadas a promover las prioridades de Biden sin necesidad de legislación.
El presidente establecerá una nueva oficina en la Casa Blanca que coordine la respuesta al coronavirus, revocará el permiso otorgado al polémico oleoducto Keystone XL y pondrá fin a la declaración de emergencia de Trump que ayudó a financiar un muro fronterizo en México, entre otras órdenes.