Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Recibí las notificaciones

DESBLOQUEAR NOTIFICACIONES

Siga estos pasos para desbloquear

Internacionales

Donald Trump remata un insólito viaje hacia el poder absoluto

«Yo soy vuestra voz, yo soy vuestra justicia, yo soy vuestra venganza». Donald Trump se personificó en el pueblo de EE.UU. en un discurso combativo en la primavera de 2023, acosado por las imputaciones penales, en plena disputa interna en el Partido Republicano por ser el candidato a las elecciones presidenciales. Este martes, con su voto, el pueblo de EE.UU. ha decidido que el multimillonario neoyorquino sea todo eso. Logró un espaldarazo formidable en las urnas que materializa el regreso más poderoso de la historia política de EE.UU. y abre un nuevo capítulo en la historia de la primera potencia mundial: un Trump con más poder que nunca presidiendo un país fracturado por la polarización.«Esta es la victoria política más increíble que haya visto nunca nuestro país», dijo Trump en la madrugada de ayer, subido a un escenario de West Palm Beach (Florida), agotado, pero henchido de satisfacción. Pese a su gusto por la exageración, este no fue el caso. Muchos en EE.UU. -también en el Partido Republicano- creyeron que el asalto violento al Capitolio sería el canto del cisne del trumpismo, que la figura política de Trump ardía en aquella subversión por parte de sus seguidores. Cuatro años, cuatro imputaciones, una declaración de culpabilidad por delitos e infinidad de escándalos después, ha sido el ninot indultado por el pueblo. Es también una victoria histórica: a sus 78 años, será el presidente más anciano -le quita el récord a Biden- y solo el segundo en lograr dos mandatos no consecutivos (solo lo había logrado Grover Cleveland a finales del siglo XIX).Su victoria es una reivindicación de su narrativa: le robaron la elección de 2020 -pese a que ni los tribunales ni las autoridades republicanas encontraron evidencias de ello-, los procesos penales que ha enfrentado son una persecución política instrumentada por los demócratas, EE.UU. está al borde de la desaparición y solo él puede salvarlo. El mensaje de las urnas es que la mayoría de los estadounidenses han comprado ese relato. O que, al menos, lo aceptan. Y se completa con un rechazo decisivo a su rival, Kamala Harris, que no ha conseguido distanciarse de los problemas que lastraron al Gobierno de Biden.Noticia Relacionada estandar Si La amarga madrugada de Kamala: ambiente de funeral en una Casa Blanca en \'shock\' David Alandete La campaña de la demócrata tenía su epicentro en Washington, que ya vuelve a organizar una resistenciaEl estado de la economíaDurante estos meses de campaña, este periódico ha escuchado a votantes estadounidenses repetir una y otra vez su queja amarga por el estado de la economía: los precios en el supermercado, lo que cuesta llenar el depósito, la dificultad para comprar una casa o afrontar unos alquileres desmadrados. «¿Estáis mejor que hace cuatro años?». Esta ha sido la frase con la que Trump ha arrancado muchos de sus mítines, que se ha convertido en el mensaje más poderoso de su campaña.Además de los problemas económicos, Trump ha rentabilizado el caos migratorio de la Administración Biden. Es un asunto que apela tanto a los tics racistas y xenófobos de parte de las bases republicanas -las que él azuza con afirmaciones como que los inmigrantes indocumentados «envenenan la sangre de este país»- como a los problemas económicos de los estadounidenses, en un retrato en el que esos inmigrantes agotan los recursos, empleos o viviendas de los votantes. «Quiero que empiece a deportar ilegales desde el primer minuto», decía a este periódico Tom Bogert, con sombrero \'cowboy\' con los nombres de Trump y su candidato a la vicepresidencia, en una de las barras de bar de la fiesta electoral en Florida.Los datos muestran que la victoria de Trump es también un castigo a la gestión de Biden y Harris: muchos candidatos demócratas al Senado han obtenido resultados muy superiores a los de la vicepresidenta en sus estados. Además, a falta del final del recuento, Trump ha perdido casi tres millones de votos respecto a 2020; pero es que Harris ha cosechado casi quince millones menos que Biden. Es una falta de entusiasmo demoledora en una candidata que sustituyó a Biden para reflotar las opciones demócratas y que ha caído con estrépito. Harris fue una candidata horrible en las primarias presidenciales de 2020 y, en una candidatura exprés para derrotar a Trump, tampoco ha logrado convencer.«Las opciones son evidentes», decía Harris ante la disyuntiva -ella o Trump- a la que se enfrentaban los estadounidenses: un convicto, un líder caótico e indecente, acusado de agresiones sexuales, inclinado a los ataques personales, con instintos autoritarios… O ella. «Eso no es lo que somos», proclamaba Harris sobre Trump en muchos mítines. Los votos la han desmentido. Es la primera vez que Trump gana el voto popular (no es necesario para ganar la Casa Blanca, y no lo consiguió en 2016). Su victoria establece una nueva realidad sobre el trumpismo: la victoria de 2016 no fue una anécdota. Desde entonces, los republicanos, bajo el liderazgo casi absoluto de Trump, solo habían cosechado malos resultados: pérdida de la Cámara de Representantes en 2018, victoria de Biden y pérdida del Senado en 2020, resultados por debajo de lo esperado en 2022…El triunfo reivindica al trumpismo como un movimiento populista que ha calado y que ha cambiado las dinámicas electorales. Trump se ha consolidado como el dominador de la América rural, ha conquistado la clase trabajadora, ha ganado posiciones entre las minorías -en especial, entre los hispanos- y ha esquinado a los demócratas hacia las elites.Su victoria viene acompañada de la recuperación del Senado para los republicanos y quizá -falta que lo confirme el recuento- el mantenimiento de la mayoría republicana en la Cámara Baja. A eso se le une un Tribunal Supremo de marcado carácter conservador, con una línea reforzada por los tres jueces que Trump pudo colocar durante su primera presidencia.Un Trump con más poder que nunca abre un capítulo de incertidumbre para EE.UU. Tanto de puertas afuera, en su relación con sus aliados occidentales y con las potencias rivales, como China y Rusia; como de puertas adentro, donde presidirá sobre un país roto casi por la mitad.Durante la campaña, Trump ha hecho amagos puntuales a favor de la unidad del país. «No hay victoria si solo se gana para la mitad de EE.UU.», dijo en su discurso en julio de la convención republicana. «El país tiene que sanar», ha dicho ahora. Pero ha dedicado muchos más minutos a hablar de venganza, de represalias, de los demócratas como el «enemigo dentro». Haga lo que haga en el futuro, la victoria de este martes le consolida como la gran figura política del siglo.

Dejá tu opinión sobre este tema

Noticias destacadas

Más noticias

Te puede interesar

Newsletter

Suscribase a recibir información destacada por correo electrónico

Le enviamos un correo a:
para confirmar su suscripción

Teclas de acceso