La guerra sudanesa estalló en abril de 2023 y desde entonces más de tres millones de personas han cruzado por alguna frontera para escapar de la violencia, según el último recuento de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) . Una cifra que se suma a los once millones de desplazados internos. El caos que reina en el país dificulta la posibilidad de contar la cantidad de muertos que ha provocado la crisis, pero en septiembre la ONU hacía una estimación de más de 20.000. «Esta guerra fue iniciada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) , una milicia que fue creada por el régimen del [Omar al]Bashir con el fin de llevar a cabo ataques contra la población civil en Darfur, en el oeste de Sudán», denuncia Maha Ayoub , representante diplomática de Sudán en Madrid durante una rueda de prensa que tuvo lugar en la embajada el pasado jueves. «Esta milicia se expandió más allá de Darfur, para controlar una gran parte del país, y ha estado cometiendo brutales violaciones y atrocidades desde abril de 2023 en la capital, Jartum, y en los estados y regiones del oeste».La diplomática lamenta la degradación que ha sufrido la nación a raíz del conflicto. «Todas las industrias se han perdido por el robo y el saqueo. Todos los hospitales, escuelas y universidades han sido destruidos sistemáticamente. Es un desastre humanitario sin precedentes ».Noticia Relacionada estandar No Al menos 124 muertos tras el ataque de fuerzas paramilitares a una aldea en Sudán REUTERS Ha ocurrido en un pueblo del estado de El Gezira, según ha denunciado un grupo de activistas«Más de ocho millones de niños están perdiendo su futuro educativo debido al cierre de colegios», denuncia Ayoub. «Además, hay una enorme afluencia de personas provenientes de toda África a Sudán, que se unen a la milicia y ocupan nuestros hogares. Es por ello que nuestra cultura e identidad están siendo borradas sistemáticamente ».Secuelas europeasSegún la diplomática, la guerra sudanesa tendrá repercusiones en toda la región del Sahel debido a la proliferación de bandas criminales armadas que se aprovechan el descontrol para traficar personas y drogas. «Esto afectará la seguridad no solo de África, sino también de Europa, que es el continente vecino más cercano de África».Las matanzas que se han perpetrado en estos últimos meses son innumerables, pero Ayoub ejemplificó con una de las más recientes el nivel de violencia que se vive en Sudán: «La semana pasada se produjeron horribles masacres en cientos de aldeas en los estados orientales de Gezira y Al-Butana en el centro de Sudán, en una zona que se considera el granero del país. La milicia asesinó a cientos de civiles desarmados y obligó a varios cientos de miles de familias a huir de sus hogares a pie. También llevaron a cabo una campaña sistemática de destrucción de la infraestructura de la zona para impedir el regreso de la gente a sus hogares, quemando puentes y granjas, destruyendo cultivos, cortando líneas eléctricas e incluso envenenando pozos. Más de cien mil civiles se vieron obligados a huir de sus hogares, ahora hay pueblos que están sin refugio, ni comida ni agua. No tienen dinero ni medios de supervivencia. Hay muchos heridos y muchos necesitan tratamiento médico urgente. Lo han perdido todo ».Complicidad internacional«Esta horrible guerra se está prolongando por el continuo flujo de apoyo militar, diplomático y logístico a los rebeldes por parte de países concretos, y por el flujo de mercenarios», asegura la embajadora. «El fracaso de la comunidad internacional a la hora de adoptar una postura firme frente a esta milicia terrorista les ha ayudado a ganar fuerza y a cometer crímenes más atroces». «Las repercusiones humanitarias resultantes de las violaciones cometidas por la milicia rebelde, cuyas víctimas eran civiles inocentes, dieron lugar a la pérdida de hogares, propiedades y medios de vida. Los ciudadanos indefensos necesitan ahora desesperadamente ayuda humanitaria urgente».