Israel Katz se reunió con el jefe del Ejército Herzi Halevi en su primer movimiento como nuevo ministro de Defensa de Israel. Mientras el mundo miraba a las elecciones de Estados Unidos, Benjamín Netanyahu tenía un ojo puesto en la victoria de su «amigo de verdad» Donald Trump y otro en la destitución de Yoav Gallant, responsable de Defensa con quien ha comandado los múltiples frentes que tiene abiertos Israel desde el 7 de octubre. Un ministro que sacrificó para no poner en peligro la estabilidad de su coalición de gobierno con ultraortodoxos y ultranacionalistas sionistas.Netanyahu apeló a una «crisis de confianza» para acabar con un Gallant, que compareció ante los medios e insistió en su despedida en que «la seguridad de Israel ha sido la misión de mi vida». El ex ministro dijo que la destitución se debió a su firmeza a la hora de exigir que los hombres ultraortodoxos fueran llamados a filas, su defensa del acuerdo en Gaza para traer de regreso a los cautivos y su insistencia en la necesidad de poner en marcha una comisión estatal de investigación sobre el ataque de Hamás del 7 de octubre.Noticia Relacionada estandar Si El aviso de Trump a Netanyahu si ganaba las elecciones: acabar la guerra antes de ser investido Mikel Ayestaran | Corresponsal en Estambul El líder republicano trasladó al primer ministro israelí que, en caso de victoria, quería que el conflicto terminara antes de su ingreso en la Casa Blanca, el 20 de eneroNetanyahu no quiere problemas con sus aliados ultraortodoxos, claves para mantener el gobierno y la mayoría en la cámara, no está dispuesto a parar la guerra para liberar a los cautivos, algo en lo que insisten los ministros ultranacionalistas, y no está interesado en una investigación que aborde el ataque más grave de la historia del Estado judío, ocurrido bajo su mandato como primer ministro. El dirigente del Likud sacrifica a Gallant para asegurar su puesto y a partir de ahora se siente reforzado por la victoria de Trump , cuya agenda en Oriente Medio será la que dicte su aliado israelí, como lo fue durante su primer mandato. La decisión de Netanyahu provocó una fuerte oleada de protestas en diferentes ciudades del país, pero estas movilizaciones han comprobado desde hace meses que, por muy masivas que sean, no sirven para hacer cambiar de opinión al primer ministro. Respeto a los cautivos, Gallant recordó a Netanyahu que «quien muera entre los rehenes nunca podrá ser devuelto. No hay ni habrá nunca expiación por su abandono (…) Se convertirá en una marca de Caín en la frente de la sociedad israelí y en aquellos que están liderando este camino equivocado». Miles de personas volvieron a echarse a las calles siguiendo la llamada del Foro de las Familias. Este organismo en el que se concentran las familias de los cautivos emitió un comunicado en el que expresó su «profunda preocupación» por el adiós de Gallant, «y cómo este cambio repentino podría afectar el destino de 101 rehenes retenidos por terroristas de Hamas en Gaza». Las familias pidieron a Katz «priorizar un acuerdo (…) para asegurar la liberación inmediata de todos». 40 días sin NasralaEl cambio al frente de Defensa se produjo en una nueva jornada de ataques con cohetes desde Líbano. Se cumplieron 40 días desde del asesinato de Hasan Nasrala en Beirut y Hizbolá marcó esta fecha sagrada para los musulmanes con un ataque que llegó a las inmediaciones del aeropuerto internacional de Tel Aviv. Esto hizo que algunos medios israelíes exigieran a los militares golpear en el aeropuerto de Beirut, que sigue operativo de manera milagrosa pese a los bombardeos diarios en el sur de la capital libanesa. La única compañía que opera es la MEA, compañía nacional libanesa, y en múltiples ocasiones los aviones despegan y aterrizan entre los enormes hongos de humo que emergen de las zonas atacadas. Ya son más de 3.000 los muertos en Líbano desde que Hizbolá comenzara el hostigamiento diario contra el norte de Israel tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, la gran mayoría en las últimas semanas, tras el inicio de la invasión terrestre. En las últimas 24 horas los ataques israelíes acabaron con la vida de al menos 30 personas en Baalbek, al este del país, cerca de la frontera con Siria. En Líbano y en el resto de frentes que tiene abiertos Israel temen que se registre una fuerte escalada de aquí al 20 de enero, fecha en la que Trump asumirá el cargo y deberá ponerse en marcha para cumplir su promesa electoral de acabar con las guerras abiertas.