El expresidente Donald Trump pasó este martes a la historia de Estados Unidos como el primero en enfrentar una acusación federal criminal por 37 cargos relacionados con almacenar y negarse a devolver documentos confidenciales al término de su gobierno, una acusación de la que se declaró "no culpable" ante un juez de Miami. El precandidato republicano a las elecciones de 2024, vestido de traje azul y corbata roja, se mantuvo la mayor parte de la audiencia, que duró cerca de una hora, con los brazos cruzados y en silencio, algo llamativo en el verborrágico magnate.
Trump, que este miércoles cumple 77 años, se presentó ante un tribunal cercado y bajo fuertes medidas de seguridad. No se llegó a realizar la lectura completa de los 37 cargos que le imputó un gran jurado por el manejo de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, porque sus abogados dijeron que no era necesario dado que ya los conocían.
"Ciertamente nos declaramos no culpables", declaró Todd Blanche, uno de los dos abogados de Trump, ante el juez Jonathan Goodman. Entre los cargos se encuentra la retención deliberada de 31 documentos sobre defensa nacional en su mansión de Mar-a-Lago, Florida, y conspiración para obstruir la justicia mediante la ocultación de esos folios a un gran jurado.
Trump fue fichado con toma de huellas digitales y fotografía y luego compareció ante el juez federal Jonathan Goodman. La mayor parte de la audiencia se centró en "una condición especial" que solicitó la Fiscalía, que va a elaborar una "lista de contactos" de testigos con los que Trump no se debe comunicar. La defensa del expresidente se opuso, entre otras razones, porque varias de ellas son personas que trabajan con él.
Por lo pronto Trump no deberá discutir el caso con ningún testigo ni con Walt Nauta, un veterano de la Marina que está acusado de complicidad con el expresidente. A las consultas del juez sobre otras condiciones, como la prohibición de viajar dentro y fuera del país, o entregar el pasaporte, la Fiscalía respondió que no eran necesarias esas medidas. La defensa por su parte pidió un juicio por jurado, una garantía dada por la Sexta Enmienda constitucional.
Trump y Nauta están acusados de engañar a uno de sus abogados moviendo cajas de documentos clasificados para que este no pudiera encontrarlos ni presentarlos al gran jurado. También de ocultar la posesión continua de esos documentos al FBI y de presentar un certificado falso a esa agencia federal, entre otros cargos. Nauta además está acusado de mentir durante una entrevista voluntaria con el FBI.
"El abuso de poder más malvado"
Como ya es habitual, Trump se desentendió de las acusaciones que pesan en su contra y habló de una "caza de brujas". En el Trump National Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey, donde tenía programado un acto de recaudación de fondos para su campaña presidencial, el expresidente estadounidense definió el caso como "el abuso de poder más malvado y atroz en la historia de nuestro país".
"Mucha gente me ha preguntado por qué tenía estas cajas, ¿por qué las querías? La respuesta, además de tener todo el derecho bajo la ley de registros presidenciales, es que esas cajas contenían todo tipo de pertenencias personales, como camisetas y zapatos...", aseguró el expresidente republicano, definiéndose como víctima de "una persecución política propia de una nación fascista o comunista".
El apoyo de las filas republicanas
El proceso es visto como el más comprometedor al que se enfrenta el expresidente: 37 cargos por retención deliberada de registros y documentos clasificados, algo que, según los fiscales, podría haber puesto en peligro la seguridad nacional en caso de exposición pública. Un delito considerado grave que, tanto por el volumen de pruebas que los fiscales dicen haber acumulado como por la gravedad de las acusaciones, puede significar varios años de prisión para Trump.
Sin embargo, esto no parecen haber hecho mella en el apoyo de las bases republicanas, y Trump sigue siendo el precandidato del partido que mejor mide en las encuestas de cara a las primarias para las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. En el exterior de la corte una marea de periodistas esperaba, algunos desde el lunes, para hacer fila con la esperanza de entrar a la sala. Cientos de simpatizantes del expresidente también se dieron cita en el lugar, varios con gorras rojas con el logo "Make America Great Again" (Hacer de nuevo grande a Estados Unidos).