Si hay una tarea del hogar que desespera a una amplia mayoría es limpiar los espejos: nunca quedan del todo bien por culpa de las marcas. Aunque, en ocasiones, puede llegar a parecer que, se haga lo que se haga, es imposible acabar con este problema, no hay que perder la paciencia, ya que es posible que luzcan como nuevos, perfectos y brillantes si no se usa demasiado producto, entre otros consejos.
Lo cierto es que limpiar los espejos es algo que debe realizarse con frecuencia para quitar la capa de polvo que suele generarse en la superficie y, con ello, eliminar los ácaros y la suciedad, o las salpicaduras de jabón, pasta de dientes, maquillaje o espuma de afeitar. Pero es bastante difícil que no se aprecien los trazos del paño que se utiliza, zonas empañadas o borrosas, o manchas persistentes.
Así, quienes quieran conocer cómo limpiar los espejos sin dejar marcas tienen que seguir los trucos que se explican a continuación y que son muy sencillos de poner en práctica.
Pasos para limpiar los espejos sin dejar marcas
Para que los espejos queden impolutos no conviene utilizar productos hechos con solventes. Tampoco hay que aplicar mucha cantidad, ya que podrían quedar marcas al secarse.
Una vez que se sabe esto, hay que ponerse manos a la obra. El primer paso es limpiar el espejo por secciones, a un ritmo constante y en la misma dirección. Es mejor optar por papel de periódico, en lugar de trapos, dado que suelen dejar pelusas.
Otra recomendación es limpiarlos en días nublados: si les da el sol, el producto se evapora más rápido y, de esta forma, hay muchas posibilidades de que aparezcan las temidas marcas.
Con qué productos quedan brillantes
Los espejos pueden conservarse en buen estado no solo si se recurre a productos industriales, sino también si se aplican remedios caseros como estos:
- Jabón líquido y agua. En un barreño, se pone medio litro de agua templada y se añade un chorrito de jabón líquido del que se usa para lavar los platos. Se moja una espátula limpiacristales y se pasa por todo el espejo: con la goma, se retira el agua, con movimientos en el mismo sentido. Para terminar, se seca con papel de periódico, trazando líneas verticales.
- Amoniaco. Acaba con el polvo y la suciedad. Si el cristal del espejo sigue con marcas, añade una taza de agua y otra de amoniaco, se humedece un paño limpio de microfibra y se pasa por toda la superficie. Tras dejar secar unos minutos, se repasa con papel de periódico.
- Alcohol de 70º de uso sanitario. Es de gran utilidad para borrar los rastros de salpicaduras que hayan quedado adheridas al cristal. Se pone una pequeña cantidad de este producto en una servilleta de papel o un trozo de papel de periódico y se pasa por toda la superficie, haciendo especial hincapié en las manchas más secas.
- Vinagre blanco. Es ideal para limpiar los espejos opacos o con falta de nitidez. Se puede limpiar con agua y jabón diluido, como se ha mencionado con anterioridad, pero añadiendo una taza pequeña de vinagre blanco. Otra opción es que, si el espejo está limpio, pero tiene marcas, se haga una bola con papel de periódico, se humedezca con vinagre blanco y se repase con ella el cristal para que consiga un brillo extra.
- Limón. Es un antimanchas natural muy eficaz. El zumo de dos limones, rebajado con un poco de agua, se vierte en una botella con vaporizador. La mezcla se aplica por todo el cristal, se deja actuar unos minutos y se retira con un paño seco. Si hay manchas que resisten, antes de secar, hay que echar un poco del producto en un algodón y frotar con suavidad.