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Crimen de Marcos Daloia: imputan a sicario de Alvarado que conducía la moto usada para matarlo

 

El fiscal de la Unidad de Homicidios, Patricio Saldutti, imputó este martes a un hombre identificado como José Mauricio M., detenido la semana pasada en la Ciudad de Buenos Aires, como coautor del asesinato del chofer de la línea K de colectivos, Marcos Daloia.

A la vez, el fiscal lo acusó de participar del intento de asesinato de otro colectivero, el chofer de la línea 122 atacado a tiros el 6 de marzo -un día antes que Daloia-, en Cerrito y México, en la zona sudoeste de la ciudad.

La jueza de la audiencia, Paula Álvarez, aceptó la acusación y le dictó prisión preventiva por dos años de M., informó este martes el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

El hombre también fue imputado por tenencia de arma, intimidación pública y coacciones agravadas. La Fiscalía entendió que los ataques ocurridos en marzo pasado estuvieron orquestados, instigado desde la cárcel por el narco condenado a perpetua, Esteban Lindor Alvarado, y que persiguieron como objetivo torcer la voluntad del gobernador Maximiliano Pullaro y su ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Cococcioni, para que modificaran las condiciones de detención en cárceles provinciales a presos de “alto perfil”.

Saldutti expuso en la audiencia que ese grupo delictivo, que fue contratado por personas detenidas, “con su accionar tuvieron como finalidad infundir temor y conmoción pública, logrando atemorizar a la población en general y a la comunidad de taxistas, choferes de colectivos y playeros de estaciones de servicios en particular, provocando el cese temporal de dichos servicios, quebrando la tranquilidad pública de la sociedad”.

El crimen de Daloia

El 7 de marzo pasado a las 18.45, José Mauricio M., conducía por Mendoza y Guatemala una moto Honda Twister 250cc color blanca. Atrás llevaba a un hombre identificado como Axel H. En esa esquina de barrio Belgrano, el acompañante bajó de la motocicleta y siguió a pie, según la investigación del fiscal Saldutti, asentada -entre otras pruebas- en las grabaciones de cámara de videovigilancia.

A las 18.49 Axel R., simulando ser un pasajero, abordó el colectivo de la línea K interno 12, conducido por Marcos Iván Daloia, en la parada de calle Mendoza y Guatemala. Sin que mediaran palabras, le disparó dos veces al chofer en la cabeza y se bajó del ómnibus en la esquina de México, para luego subirse nuevamente a la moto conducida por M.

Fueron hasta una vivienda ubicada en Nicaragua al 2200 donde escondieron el vehículo y se cambiaron la ropa, detalló el fiscal durante la audiencia. A causa de las heridas, Daloia murió en el Hospital de Emergencias tres días después.

Saldutti acusó a José M., por homicidio doblemente agravado por ese hecho, que según su investigación fue pergeñado por un joven identificado como Axel R., quien se encontraba cumpliendo detención domiciliaria en calle Misiones 2200 a disposición de la Justicia de Menores.

Para el fiscal, fue a quien personas allegadas al narco Alvarado le encargaron que organice “la comisión de distintos hechos delictivos, ofreciendo una recompensa económica para quienes ejecuten los mismos”.

“En este caso en particular el ofrecimiento que tenemos probado que realizó el hoy imputado, era de 100 mil pesos para quien lo acompañe a cometer estos hechos”, dijo Saldutti durante una rueda de prensa.

Ataque al 122

En la misma audiencia, el fiscal acusó al detenido de ser quien también manejaba la moto en el ataque a tiros al chofer de la línea 122, ocurrido la noche antes del crimen de Daloia, en la zona de Cerrito y México.

De acuerdo a las pruebas recolectadas en la pesquisa, José M. condujo ese día a las 23.53 la misma moto, pero en este caso el acompañante aún no está identificado.

Los dos “se pusieron del lado derecho del colectivo y sin mediar palabras le efectuaron entre tres y cuatro disparos en dirección al conductor, que impactaron en la carrocería del vehículo”, detalló Saldutti.

Luego sobrepasaron al micro y, desde el frente, el acompañante de la motocicleta apuntó e intentó efectuar disparos “con la evidente intención de causar la muerte del conductor”, pero los tiros no salieron del arma. Entonces se dieron a la fuga por calle México, tomaron Riobamba y fueron hasta la vivienda de Nicaragua al 2200.

Por ese hecho, el fiscal acusó a M. de homicidio en grado de tentativa, en concurso ideal con intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego; coacciones agravadas por ser anónimas y “con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de los miembros del Poder Ejecutivo de Santa Fe”.

La hipótesis de la Fiscalía es que Alvarado y otros presos buscaron con estos ataques, más los crímenes de dos taxistas y el de un playero de una estación de servicios -todos ocurridos en pocos días de principios de marzo- modificar las decisiones del Ejecutivo sobre política pentenciaria.

“Estos ataques sistemáticos, organizados y coordinados fueron realizados con el fin específico de intimidar y amedrentar al gobernador y al ministro de Justicia y Seguridad, como así también condicionarlos en su libre y normal determinación para decidir en su rol de máximos gobernantes de la provincia”, sostuvo Saldutti en la acusación.

En la rueda de prensa, señaló que “hay instigadores que se encontraban detenidos al momento de ordenar la comisión de estos hechos y otros instigadores que estaban en libertad o incluso cumpliendo prisión domiciliaria al momento de ordenar la comisión de estos hechos”.

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