En las últimas horas, la Justicia decidió excarcelar a los últimos dos detenidos por el derrumbe del Apart Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, mientras la investigación continúa su curso para conocer por qué cedió la estructura y se llevó la vida de ocho personas.
Se trata del arquitecto y bombero de General Madariaga Jorge Bonavita (55) –quien no tenía matrícula para desempeñarse en una obra– y el contratista Rubén Taquichiri (30). Más allá de la determinación del juez de Garantías David Mancinelli, ambos seguirán imputados en la causa por «estrago culposo agravado».
Según indicó el magistrado, las liberaciones se dan con el argumento de que «no hay indicios de entorpecimiento ni peligro de fuga» por parte de los imputados. Al mismo tiempo, tal como ocurrió con los demás sospechosos, recae sobre ellos un impedimento para salir del país –sin autorización judicial– y la obligación de acercarse, una vez por semana durante cuatro meses, a la comisaría más cercana a su domicilio. En caso de incumplir con alguno de los condicionamientos, el beneficio de la libertad les será revocado.
En la acusación, la Fiscalía señala que Bonavita dirigía de manera clandestina las obras de reforma sin contar con los permisos municipales. «No sabía que no tenía matrícula. Cuando se advierte, se designa una arquitecta matriculada, que es la que continúa con la obra. Mi defendido despidió al arquitecto el día que se enteró lo de la matrícula», marcó el abogado defensor de Antonio Arcos –actual dueño del hotel–. Por su parte, Taquichiri fue aprehendido en Ostende luego de que el informe pericial reveló «varias anomalías en la construcción del ascensor».
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QUIÉNES SON LAS OCHO VÍCTIMAS QUE DEJÓ EL DERRUMBRE
El primero en ser hallado fue Federico César Ciocchini, de 84 años, quien en el momento en que se desplomó el Dubrovnik dormía en su vivienda contigua al edificio Alfio 1. El jubilado que estaba junto a su esposa, María Josefa Bonazza (79), la única sobreviviente de la tragedia que conmocionó a la comunidad.
El matrimonio había viajado desde Balcarce con la intención de pasar unos días allí y hacer algunas reparaciones en el departamento para poder alquilarlo en las vacaciones de verano. Hijo de Cleto, un destacado pintor de la primera mitad del siglo pasado, siguió los pasos de su padre y fue artista en Mar del Plata.
Dos días después del colapso del edificio, fue encontrada sin vida María Rosa Stefanic. “Rosita”, como le decían, tenía 52 años, era viuda y la ex dueña del hotel. Si bien seguía residiendo en el lugar y supervisando las obras, este año había logrado vender el edificio. El Dubrovnik había sido fundado por sus padres, inmigrantes croatas. Su papá era oriundo de la Isla de Krk, mientras que su madre había nacido en la ciudad por la cual se bautizó el apart hotel.
En el Dubrovnik también residía el sobrino de Rosita, Nahuel José Stefanic, cuyo cadáver fue hallado el sábado pasado entre los escombros. El joven de 25 años vivía allí desde hacía cinco meses, tras la separación de sus padres. Su mamá, Silvana Perhauc, lo describió como “un hijo muy bueno”. “Estudió cocina y en la temporada trabajaba en el hotel”, contó y explicó que había salido a pescar poco antes del desastre. Nueve días después de la tragedia, los rescatistas lograron encontrar con vida a su gata, Kiara. Nahuel, además, era el novio de Dana Desimone, la última víctima en ser encontrada este jueves.
Dana Desimone, de 28 años, era oriunda de Juan Nepomuceno Fernández, un pueblo rural ubicado a unos 80 kilómetros de Necochea, aunque creció en el partido de Lomas de Zamora. Durante la pandemia comenzó un emprendimiento con su pastelería llamada “Lucky”, que tuvo continuidad en Villa Gesell. También trabajaba en el hotel Dubrovnik junto a su novio Nahuel.
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Además, en la madrugada del martes pasado, el equipo de rescate encontró el cuerpo del carpintero Javier Fabián Gutiérrez, de 54 años, quien vivía en el partido bonaerense de Merlo y había viajado a Villa Gesell a mediados de septiembre.
Su hermana y su sobrino contaron que se hospedaba en una unidad del segundo piso y lo describieron como un padre ejemplar que vivía para su hija de 15 años.
Ese mismo martes fueron hallados otros tres cuerpos. El del plomero Ezequiel Juan Matu, de 38 años, quien residía en Mar del Plata en el barrio 2 de Abril, a unas veinte cuadras de la playa Varese. También el del gasista Mariano Troiano, de 47 años, con domicilio registrado en el barrio Villa Evita de Mar del Plata.
Según explicó su hija Karen, había ido a Villa Gesell dos semanas antes del derrumbe para realizar trabajos de plomería y dormía en el hotel para avanzar con la obra sin demoras.
«La arquitecta le recomendó que se ponga un seguro de vida, eso me pareció bastante raro porque nunca había solicitado esto para una obra”, dijo la joven. Según precisó, su padre “fue a modificar duchas, baños y hacer arreglos estéticos de plomería».
Y la otra víctima hallada ese día fue el albañil Matías Alberto Chaspman, quien vivía en la localidad de Batán, del partido de General Pueyrredón. El derrumbe ocurrió horas antes de que cumpliera 28 años. Era padre de una nena de 6 años y disfrutaba haciendo ciclismo con su esposa.