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Opinión del Director

A la mesa del señor

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Crédito: 19205
Daniel Caran

Por Daniel Caran

Ya se dijo. Ya no es más un secreto. Solo el principal protagonista de la historia parece esconder sus intencionalidades, pero la realidad supera cualquier pretensión de bajar los decibeles de lo que se viene.

 

“La Reforma Constitucional dejó de ser una ilusión para comenzar a ser bosquejo de realidad”, dijo Noel Breard, uno de los puntales reformistas, que pasó de ser ‘ricardista moderado’ a un furioso defensor de la continuidad de este gobierno.

 

“Si o si se necesita  un acuerdo bipartidista o el consenso legislativo necesario de los dos tercios”, aclaró, por si hacía falta, con la obvia intencionalidad de preservar delgado índices de institucionalidad.

 

Y si para algunos es “el mal necesario”, para otros aún es una incógnita.

 

Se repite el interrogante: ¿cuál será el papel del peronismo correntino ante tamaña intentona que tiene la directa pretensión de instalar a Colombi en otro periodo de poder?.

 

Es llamativo el silencio de los señores conductores del peronismo local.

 

Puede que se necesiten, como dice Fabián Ríos “que exista una presentación formal para de ahí en más evaluar posicionamientos. Lo otro solo son conjeturas”

 

Si algunos esperan definiciones formales, otros “abren el paraguas”

 

“Con Massa se frenó la intención de algunos barones del conurbano bonaerense. Si se hizo eso en Buenos Aires, marcándole la cancha a Vidal, no nos va a costar nada terminar con algunos aventureros en Corrientes”, dijeron desde el Frente Renovador, y ya amañan acuerdos políticos concretos con el sector de Camau para frenar la intentona radical, y a la vez marcar diferencia con el llamativo silencio de algunos peronistas.

 

En este escenario lo mejor que puede pasar es que se sinceren las partes, que muestren las cartas y que el juego se desarrolle tal como lo planteen los protagonistas. Acá el problema son los tibios… o los que se esconden para no aceptar que son parte de un acuerdo que bien podría volver a hacer fracasar cualquier atisbo de cambio.

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