Por Daniel Caran
El terror de los despidos… a la vuelta de la esquina
Se puede discutir maneras… se puede elaborar hipótesis… y hasta podríamos comparar los tiempos para desarrollar qué nos dejó el pasado y que nos depara este oscuro presente.
Se puede establecer las discusiones por las bolsas arrojadas por delincuentes, o los fondos blanqueados irregularmente por otros de la misma calaña.
Todo entra en el análisis: hasta los globos o los actos multitudinarios.
Hay en el final de la discusión un planteo que determina un límite: el riesgo de estabilidad laboral.
Cuando se pone en juego el laburo de la gente, todo lo demás queda en segundo plano. Y es lógico.
¿Quién puede siquiera establecer con seriedad cuáles son o serán los pasos que dará éste Gobierno Nacional con una sociedad que empieza a mostrar su enfado por razones más que lógicas?
El empresario correntino Enrique Collantes advirtió que "si para el mes de marzo del año que viene la situación económica no mejora se puede venir una ola inevitable de despidos”.
Esa frase no requiere de explicación alguna. Ni merece otra relevancia que la medida justa de considerar como gravísima una mínima posibilidad de que sucedan estas cosas. Y puede pasar.
“Ya nos aguantamos mucho", dijo el comerciante local.
Collantes además consideró que "se vivirá una Navidad muy austera porque al consumidor no le alcanza, y no puede gastar excesivamente"
¿Cómo seguirá entonces la historia?. La podemos adornar con globos amarillos y música fuerte. O bailes descontracturados.
Todo se permite en la globalización de la pelea política.
Todo se permite pero hay un límite, el que muchos empiezan a rozarlo peligrosamente.