Por Daniel Caran
Puede que el éxito ya remoto lo haya obnubilado, ya que no se explica de otra manera la caprichosa intención de aprobar la reforma a los empujones.
O tal vez se contagió de lo que él tanto defenestró en el pasado, ya que al final terminó convirtiéndose en un patrón de estancia mal acostumbrado a resolver las cosas a los rebencazos.
Ricardo Colombi se estrelló hoy contra la realidad, y su sueño de poder eterno empezará lentamente a diluirse, más allá de las actitudes de chico caprichoso con presiones, descuentos y berrinches.
Puede que la derrota de las últimas horas le sirva de mucho para su futuro: él jura y perjura que irá por Mercedes (donde ya perdió), porque tal vez entienda que le pudo haber llegado la hora de gozar de su familia, del fútbol que tanto le gusta, de unos buenos asados.
Por eso, con el respeto de siempre, a otra cosa mariposa…
Se insiste: hasta le puede venir bien al Gobernador que se creyó eterno.
Y les servirá también a sus adláteres de turno, para poder abrir alas y sincerar sus aspiraciones.
Ahora, ¿seguirá demorando Colombi en dar a conocer el nombre de su candidato?.
Puede que sí, porque ahora llegó el tiempo de la feroz lucha intestina que dejará ganadores y vencidos (heridos) por doquier.
Pero llegó el tiempo de la esperanza, de creer que es posible terminar con décadas de hostigamiento, de terminar con las persecuciones.
Claro que surgen interrogantes: ¿Cuánto tardará la Justicia para empezar a revisar lo que pasó en éstos años de poder colombista?.
Muchos pensamos que predicábamos en el desierto. No fue así. A otra cosa mariposa.