Por Daniel Caran
"No es tiempo para disfrazarse de candidato”, tiró Sergio Flinta, y la frase tuvo por destino el corazón mismo del ricardismo, en tiempos donde los audaces empiezan a tirar sus dardos para instalarse lo mejor posible, aún a sabiendas que hay tiempo para empezar la campaña.
Caída la reforma, y esperando que al señor Gobernador le pase el enojo y empiece a definir nombres, hay detalles políticos concretos: Colombi dijo que el candidato será del radicalismo, pero su cada vez más débil influencia origina que otros se animen.
En ese contexto, los dichos de Flinta suenan a un llamado de atención.
El actual Presidente de la UCR local ni siquiera piensa en la posibilidad de contradecir a su amigo y jefe.
Por eso su lealtad, más allá de sus obvias pretensiones de ser uno de los elegidos.
“Las circunstancias determinarán el candidato o candidata de ECo. Nosotros pondremos en valor 2, 3 o 4 nombres con muchas posibilidades, pero insisto: las circunstancias determinarán las cosas", dijo el Senador Provincial, dejando en claro su absoluto desacuerdo con quienes ya empezaron a diagramar una especie de campaña… como pueden.
Más allá de las obvias suspicacias, todos los dardos parecen apuntar –dentro del ricardismo- para el candidato venido desde la fronteriza ciudad donde nació Madariaga. Este funcionario, que una vez ya se adelantó en la candidatura y fue bajado de ‘un hondazo’, ahora retomó fuerzas con programas propios y una estructura medianamente armada.
Los otros (radicales, obvio) esperan con un poco de más paciencia la venia de su jefe.
No quieren saber nada con aguantarse su enojo en todo el tiempo que aún resta.
En concreto, el propio Flinta, Carlos Vignolo, Gustavo Valdes, y Eduardo Vischi se anotarían en la carrera desde la UCR.
¿Y los demás?. Es que no obstante los dichos de Colombi apostando por un radical, es casi imposible parar los embates de Pedro Cassani, de Gustavo Canteros, y hasta de Pedro Braillard Poccard, quienes empiezan a animarse cada vez más.
Mientras tanto, como para parar el embrollo cuanto antes, Flinta rechaza participar del baile de disfraces.
El tema es que todos parecen empezar a sumarse a la fiesta…
Y más allá de la complejidad de los trajes, todos están disfrazados… y ya nadie los para.
